

En vísperas de sus quintos Juegos Olímpicos, en On nos entrevistamos con la medallista de oro en triatlón.
¿Cuándo empezaste a soñar con participar en los Juegos Olímpicos?
Empecé muy pronto con el deporte y descubrí los triatlones. Siempre me ha gustado estar activa, y desde muy pequeña me han fascinado los jugos olímpicos.
¿Cuándo y cómo se convirtió este sueño en una meta tan clara?
Participaré en mis quintos Juegos Olímpicos en unas pocas semanas. Parece de locos. Y cada participación ha sido un poco diferente. Los triatlones solo han formado parte del programa olímpico desde Sídney en el año 2000. En ese entonces era junior pero ya bastante cerca del nivel del tercer triatleta que viajó a Sídney para representar a Suiza en los Juegos Olímpicos. Fue entonces cuando el sueño olímpico se convirtió en un objetivo realista de competir en los Juegos de Atenas cuatro años después. Y lo conseguí: Participé en el triatlón olímpico como novata en 2004.
¿Qué significa para ti representar a tu país en los Juegos Olímpicos? ¿Aumenta la presión? ¿O te estimula a seguir adelante?
Para mi competir con Suiza es un gran honor. Por supuesto, puedo sentir mucha presión y expectación al representar a mi país en la cima absoluta, los Juegos Olímpicos. Pero lo veo como un gran privilegio, así que estoy muy motivada y muy orgullosa de competir por Suiza.
¿Qué significa para ti representar a tu país en los Juegos Olímpicos? ¿Aumenta la presión? ¿O te estimula a seguir adelante?
Para mi competir con Suiza es un gran honor. Por supuesto, puedo sentir mucha presión y expectación al representar a mi país en la cima absoluta, los Juegos Olímpicos. Pero lo veo como un gran privilegio, así que estoy muy motivada y muy orgullosa de competir por Suiza.
¿Cómo ha afectado la pandemia a ti y a tus preparativos además del retraso de los Juegos?
Ha sido difícil. De repente, todas las piscinas estaban cerradas, pero teníamos que seguir preparándonos para Tokio. La decisión de retrasar los Juegos Olímpicos un año lo hizo más fácil. Definitivamente hemos aprendido a ser más flexibles durante la pandemia.
¿Cuál es el mayor sacrificio que tienes que hacer por el deporte como deportista profesional?
Para mí, el poder vivir de mi pasión, el deporte, me parece un privilegio enorme. No siempre es fácil conciliar todo a la vez. Pero ahora voy a competir en mis quintos Juegos Olímpicos como madre de tres hijos, gracias al increíble apoyo de mi esposo, mi familia y todos los que me rodean. Nunca me había atrevido ni siquiera a soñarlo. He obtenido mucho más del deporte de lo que he sacrificado, y también he tenido tiempo de poder estudiar y tener una familia.
¿Cómo es un día normal en tu vida?
Entrenamos muy intensamente, tres veces al día. Natación por la mañana, luego otra sesión antes de la comida y la tercera sesión de entrenamiento por la tarde. Además de mucha organización entremedio. Después tenemos reuniones con patrocinadores, medios de comunicación u otras tareas y actividades. Pero siempre me aseguro de ver a mis hijos antes de la primera sesión de entrenamiento, luego juego con ellos después del entrenamiento y puedo cenar con ellos y acostarles a partir de las 6.
¿Qué significaría para ti estar en el podio en Tokio y escuchar el himno nacional? ¿Sueñas con ese momento?
Subí al podio en Londres y escuché el himno nacional. Un momento indescriptible lleno de orgullo, alivio y gratitud.Quiero dar lo mejor de mí el 27 de julio, incluso si no termina con el himno nacional.
¿Cómo te motivas para entrenar y superar tus límites cada día? ¿Hay días en los que estés menos motivada?
Por supuesto. Pero estoy viviendo mi sueño y lo que hago me brinda una alegría inmensa. Un objetivo tan ambicioso como los Juegos Olímpicos también es extremadamente motivador y esa es una muy buena razón para superar tus límites todos los días.
Estás participando en los Juegos Olímpicos por quinta vez. ¿Fue la primera vez diferente a las otras veces que has participado?
Todas han sido diferentes. De ser una novata en 2004, a 2008 en Pekín, cuando tenía más experiencia. En 2012 quería el oro más que nada en el mundo. En 2016, estaba en Río con mi primer hijo y me hice con la plata.
En Atenas, experimenté el espíritu olímpico por primera vez y disfruté mucho visitando otros eventos deportivos y reuniéndome con otros atletas después de mi participación.
¿Puedes basarte en tus experiencias de Juegos Olímpicos anteriores o se sienten todos nuevos y diferentes?
Siempre es diferente, siempre tienes que acostumbrarte a una nueva situación. Pero, en definitiva, resulta positivo haber experimentado la presión y las expectativas de los Juegos Olímpicos y saber cómo lidiar con eso. Sin lugar a dudas, las experiencias vividas me ayudan mucho.
¿Tienes nuevas metas para después de Tokio?
Estamos diseñando nuestro programa para niños y la fundación, y participaré en el proyecto «Sub8» en la primavera de 2022. Con este proyecto, me gustaría completar el Ironman en menos de 8 horas y motivar a otros a seguir sus propios sueños y metas. Seguro que será emocionante y desafiante a partes iguales.
¿Qué se siente al ser un modelo a seguir y brindar inspiración para otros? ¿Y tienes algún modelo a seguir?
Es muy conmovedor cuando veo que puedo inspirar o motivar a alguien para que persiga sus sueños. Sobre todo, me encanta conocer a los niños y siempre trato de decirles lo importante que es el ejercicio. Por eso fundamos un programa de triatlón infantil en 2014. Actualmente todavía estamos construyéndolo, y también nos reunimos con niños en las escuelas a través de nuestra fundación.
¿Qué significan para ti tus fans y su apoyo? ¿Los echaréis de menos en Tokio?
El plan era viajar a Tokio con familiares y amigos. Por supuesto que me entristece no tenerles allí. Su apoyo significa mucho para mí. Pero no puedo cambiar la situación, así que lo estoy aprovechando al máximo.
¿Cómo lidias con ser el centro de atención en eventos tan importantes como los Juegos Olímpicos? ¿Y cuándo vuelve a irse?
Todo forma parte de ello. He aprendido a lidiar con eso y a no perder la concentración, a disfrutar de ser el centro de atención en situaciones agradables, pero no echo de menos toda la atención cuando desaparece.