

La última vez, Mei Ichinose nos habló de su carrera competitiva y de los cambios que ha visto en el mundo de los paraatletas. Ha hecho hincapié especialmente en la discriminación de las personas con discapacidad, pero su objetivo constante es «garantizar que nadie tenga dificultades para vivir en nuestra sociedad». Incluso después de retirarse de la natación, el viaje de Ichinose continúa. ¿Qué le deparará el futuro?
Últimamente publicas en Instagram sobre tus hábitos alimenticios, especialmente el veganismo, ¿verdad?
Soy vegana desde mayo de 2020. La razón es que vi «The Game Changers», un documental sobre atletas que convierten una dieta basada en la carne en una basada en los vegetales y los efectos en su rendimiento.
Entre el período en que se aplazaron los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio y el confinamiento, pensé mucho en cómo crecer como competidora. Resulta complicado mejorar tu condición física, así que me di cuenta de que aprender nuevas cosas y mejorar como ser humano era la forma de crecer. Cuando estudiaba el cambio climático descubrí el término «discriminación de especies» y me sorprendió bastante.
Cuando dices «discriminación de especies», ¿te refieres a una discriminación que privilegia al ser humano que deja de lado a otros seres vivos?
Exactamente. Pensamos que los perros y los gatos son animales bonitos, pero seguimos poniendo animales muertos (carne) en nuestras mesas, sólo que de un tipo diferente.
La razón por la que me impactó y me disgustó tanto fue que me hizo ver que yo también era cómplice de la discriminación, mientras que, al mismo tiempo, intentaba luchar contra ella mediante la natación y dando charlas. Más aún, me sentí desolada porque no me di cuenta de mi papel en esto. Para acabar con esa contradicción, me hice vegana en la comida, la ropa y los cosméticos. Quiero compartir activamente lo que he aprendido y mis conocimientos con los demás porque mi experiencia me ha demostrado que hay veces que estamos limitados por lo que sabemos o no sabemos.
Creo que tus palabras y acciones son tan convincentes porque tienes una visión muy objetiva de ti misma y de las cosas.
Nunca se me ha dado bien el mirarme a mi misma de manera objetiva, pero después de los Juegos Paralímpicos de Río, recibí ayuda de un psicólogo. Por primera vez, entrené pero para observar las emociones que sentía. Eso hizo que mi estado de ánimo fuera menos volátil y me ayudó a entrenar de una manera más suelta. Al mismo tiempo, empecé a hacer yoga y eso me ayudó a observar objetivamente mi cuerpo, mi respiración y mis emociones cuando me tumbaba en la esterilla. Pronto fui capaz de reflejarlo en mi vida cotidiana, incluso después de enrollar la esterilla.
¿Qué tipo de iniciativas quieres tomar en el futuro?
Mi objetivo constante es «garantizar que nadie tenga dificultades para vivir en nuestra sociedad». Hasta ahora, he estado trabajando para conseguirlo a través de la natación. Una de las grandes razones por las que me retiré fue porque los Juegos Paralímpicos empezaron a recibir la atención que merecían, y yo hice todo lo que pude como nadadora.
Creo que el siguiente paso es saltar a un área en la que las personas con discapacidad no hayan tocado antes y hacer todo lo posible para eliminar las barreras existentes. Me gustaría hacerlo posando como modelo. Dado que los Juegos Paralímpicos son para atletas, en cierto sentido, sólo estamos llenando los espacios creados para personas con discapacidad. Del deporte aprendí que se pueden transmitir mensajes poderosos sin palabras, así que quiero intentar expresarme haciendo de modelo para el arte o las fotos.
Para terminar ¿sigues activa?
Siempre. Desde que me retiré, la gente me sigue preguntando lo mismo, pero aunque he dejado de nadar, mi propósito sigue siendo el mismo. No hay forma de que se apague mi pasión. Solo acabo de empezar.
Nacida en 1997 en Kioto (Japón) y con una deficiencia congénita en la parte inferior del brazo derecho, Mei empezó a nadar al año y medio de edad. En 2010 se convirtió en la atleta más joven de la historia en participar en el Campeonato de Asia con 13 años, ganando la medalla de plata en los 50 metros libres (clasificación de discapacidad física S9). Mei compitió en ocho pruebas en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016 y actualmente tiene el récord japonés de siete pruebas. Se retiró de la competición en octubre de 2021, y actualmente continúa trabajando para eliminar la discriminación de las personas con alguna discapacidad.