

A Andrew Hinton, ganador de un premio Emmy, le gusta centrarse en lo positivo. Como director de The Man with the Halo, la historia de la recuperación de Tim Don, triatleta de Ironman, después de haberse fracturado el cuello, no le faltó material. Ahora nos cuenta por qué esta inspiradora película fue de por sí una experiencia motivadora.
Andrew Hinton: Me reuní con Tim y Franko, su mánager, en una cafetería de Boulder, en Colorado (EE. UU.), donde reside Tim. Hablamos de cómo estaba previsto que progresara la recuperación y de cómo sería la realización del filme y decidimos lanzarnos a la aventura. Solo unas horas después de haberme reunido con Tim, ya le estaba filmando en el gimnasio.
AH: Vivo en Portland, en Oregón (EE. UU.), que está a unas dos horas de avión de Colorado; por tanto, no podía presentarme en casa de Tim si pasaba algo emocionante.
Viajaba a Boulder más o menos cada mes y filmaba cuatro o cinco días seguidos. Lo planificamos en función de los diferentes hitos a lo largo de la recuperación. Tenía que adaptarme al calendario de Tim, por supuesto. Entiendo que su prioridad es volver a ser el mejor del mundo, no la película.
Además, yo tampoco pretendía inmiscuirme. Era una época difícil para la familia de Tim. De repente, necesitaba que lo cuidasen. En un momento, su esposa Kelly se lo estaba haciendo prácticamente todo. Es un padre muy activo que suele implicarse en el cuidado de sus dos hijos, por lo que fue difícil para ellos.
AH: En realidad, fue gracias a la incansable actitud positiva de Tim. Diría que es muy británico, en el sentido de que trataba de restar importancia a todo. Aunque tenía una lesión muy, muy grave que incluso podía acabar con su carrera, siempre intentaba estar centrado, mantenerse positivo y seguir adelante.
Fueron pocos los momentos en que lo vi reaccionar de manera negativa a lo que le había sucedido. Creo que cuando le retiraron el halo y se dio cuenta de todo el trabajo que tenía por delante y de lo lejos que estaba de estar en plena forma, fue una época muy difícil para él.
Con todo esto, me sorprendió su determinación y firmeza, aunque me vi obligado a depender de otros para transmitir la gravedad de su situación. Por eso en el filme aparecen tanto su mánager Franko y su entrenadora Julie, porque podían hablar de la lesión de una manera que Tim ni lo haría ni podía. Creo si hubiera pensado que se había acabado su carrera, hubiera sido demasiado para él. Estaba decidido a luchar, no podía obsesionarse con eso.
No hay duda de que en la mente de Tim está volver al Campeonato del Mundo de Ironman de Kona. Y si puede competir en Kona no va a ir para hacer una mera aparición. Quiere intentarlo y conseguir el podio. Y yo no apostaría en su contra.
AH: Cuando Tim fue al gimnasio con el halo, hacía tanto ejercicio que los tornillos de la cabeza que mantenían el halo en su sitio se aflojaron. Se los tuvieron que apretar de nuevo, algo realmente espantoso. Y mientras estaba allí, uno de los tornillos se aflojó tanto que tuvieron que sacarlo e introducirle uno nuevo en el cráneo. Cuando el tornillo se sale del todo, parece que dejara un agujero de bala. No me lo esperaba. Fue muy intenso.
AH: Cuando empecé a rodar, hubo algunas discusiones sobre cuándo Tim podría volver a competir. En ese momento, con Tim con el halo, parecía incluso demasiado apresurado pensar en eso. Cuando mencionaron por primera vez el Maratón de Boston, me lo tomé con cierta reserva.
Para Tim, poder correr el maratón y hacerlo como lo hizo fue extraordinario. El día del maratón el tiempo fue horrible: frío gélido y llovía a cántaros. Nunca había tenido tan frío y me había mojado tanto rodando una película.
Una vez cruzada la línea de meta, los dientes de Tim no dejaron de castañear hasta que se dio una ducha de agua caliente y pasó veinte minutos bajo varias capas de abrigo en la cama del hotel. Pero lo consiguió. En 2:49:42. Increíble.
AH: La primera vez que me reuní con Tim y con Franko, hablamos de que queríamos que esta historia tuviera un impacto en toda persona que se había enfrentado a alguna adversidad en su vida. Ya sea haber perdido a alguien querido o perder la oportunidad de ganar un título mundial, hay experiencias que vivimos como seres humanos que nos pueden derribar y dejarnos sin ánimos o podemos levantarnos de nuevo y luchar. Creo que la gente puede sacar mucho de eso.
Por lo menos, espero que cuando la gente haya acabado de ver la película diga «Bien, ¿cuál es mi excusa para no correr?». Poca gente tendrá una excusa tan buena como la que tenía Tim cuando llevaba el halo. Después de trabajar con Tim, me pregunté cuál era mi excusa y no tengo ninguna. Así que he empezado a correr de nuevo y me he apuntado a un gimnasio. Por el momento no voy a participar en ningún Ironman, pero puedo correr 5 km en 25 minutos. Está bien para empezar.
Andrew Hinton, ganador de un premio Emmy, es el director de The Man with the Halo. Puedes ver la película completa en manwiththehalo.com.