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Lisa Tertsch está en su mejor momento

Un ejemplo de equilibrio: la talentosa triatleta alemana Lisa Tertsch ya ha sido campeona de Europa. Ahora va a por la medalla en la escena mundial y a por un máster en Harvard.

Texto de Andy McGrath. Fotografía de Tom Schlegel.

Desde la ventana de su habitación en las afueras de la ciudad alemana de Darmstadt, la triatleta Lisa Tertsch alcanza a ver un bosque por el que le encanta correr. 

Más tarde, se calzará las zapatillas y tirará para allá, disfrutando del crujido de sus pies sobre el terreno blando y de las flores primaverales que brotan junto al sendero. Para ella, resulta imposible perderse por unas pistas que conoce como la palma de su mano. “Me encanta la variedad y el hecho de que puedes ir a donde quieras —comenta—. Nunca corro sobre asfalto, ¡soy como las kenianas!”.

La atleta de 25 años se reserva las superficies duras para las carreras de triatlón. Unas imponentes exhibiciones de running han sido la piedra angular de sus victorias en la Copa Mundial de Triatlón en Tánger el año pasado \[2023] y en la edición de 2022 en Valencia, además de en los Campeonatos Nacionales de Alemania.

Estos resultados han aupado a Tertsch a la quinta posición de la clasificación mundial y le han asegurado una plaza en los Juegos, donde espera poder aspirar a medalla.

El triatlón exige diligencia. Si te centras demasiado en tu técnica de crol, otras áreas acabarán resintiéndose. Es como tratar de mantener a raya el césped de un parque enorme: requiere de una atención constante durante todo el año.

Tertsch entrena entre 25 y 30 horas a la semana, lo cual incluye seis sesiones de natación, cuatro o cinco de bici, cuatro o cinco de running y una o dos de gimnasio. “Nunca he sido de centrarme mucho en las cifras —señala Tertsch—, soy más de centrarme en las sensaciones y creo que, en parte, eso explica por qué llevo tanto tiempo sin sufrir lesiones”. 

“Siempre he tenido bastante paciencia —añade—, pero no me viene de ser una persona paciente por naturaleza. Para mí tiene que ver más con el equilibrio, con tener más cosas de las que estar pendiente y de la perspectiva que esto te aporta: ayuda a no obsesionarse demasiado. Creo que si no me gustara meter las horas que meto, estaría practicando el deporte equivocado y tendría que dedicarme a otra cosa”.

 “Soy de centrarme en las sensaciones”.

El ligero acento norteamericano de Tertsch al hablar inglés está relacionado con otro logro muy alejado del mundo de las frecuencias cardiacas de 180 ppm y de los desmayos en la línea de meta. 

En el verano de 2016, Tertsch marchó a Harvard a estudiar Económicas. “Tampoco es que estuviera obsesionada con eso, pero siempre me ha gustado intentar las cosas. Si sale bien, genial. Si no, al menos lo habré intentado, eso es algo de lo que nunca te arrepientes”, afirma.

A pesar de conseguir un segundo puesto en los Campeonatos Mundiales juveniles en septiembre de 2016, dejó el triatlón de lado durante los tres años que pasó en esa prestigiosa universidad. “Pensaba que acabaría dejando el triatlón porque ya no lo disfrutaba como antes”, menciona. 

Como su tiempo se veía muy limitado por la carga de trabajo académico, se concentró en correr como deporte. Además de acabar su carrera, también cursó asignaturas relacionadas con las matemáticas, las ciencias biológicas y la psicología, disciplina en la que se está especializando.

“El hilo conductor de mis estudios es que me interesa cómo toman decisiones las personas y por qué deciden lo que deciden”, comenta.

En el verano de 2019, Tertsch tomó una importante decisión personal: la de volver a nadar, pedalear y correr.

“Empecé a echar de menos el triatlón. Correr se convirtió en algo que hacía por obligación, y no por placer. Sigue siendo mi disciplina favorita, pero si solo haces eso, deja de ser tan divertido porque te faltan las otras dos que hacen que lo estés deseando”. 

“Además, vi que las personas contra las que competía antes iban a ir a los Juegos y pensé que yo era tan buena como ellas, así que decidí volver e intentarlo”.

“Si sale bien, genial. Si no, al menos lo habré intentado, eso es algo de lo que nunca te arrepientes”.

Tertsch admite que se sorprendió al ganar su primera carrera en la Copa del Mundo en Amberes, apenas dos semanas después de haber vuelto a la competición en junio de 2019. Consiguió registrar el único tiempo inferior a 17 minutos para 5 km de su categoría: fue como si nunca lo hubiera dejado.

Ese verano, Tertsch ganó los Campeonatos de Europa Sub-23. Sin embargo, para ella lo más importante seguían siendo los estudios. Cuando se quedó fuera del equipo alemán que competiría en los Juegos de Tokio de 2021 por muy poco, esas prioridades cambiaron. 

La energía y el tiempo de los que disponemos en nuestro día a día son limitados y resulta imposible darlo todo en cada actividad, pero Tertsch hace lo posible por intentarlo. Está aprendiendo español y le gusta dibujar, hacer punto y la repostería. Justo antes de nuestra entrevista, acababa de coser un emblema en sus zapatillas. “Hago muchas cosas que no son realmente tangibles, por ejemplo, el entrenamiento o los estudios. Por eso, siento que necesito hacer algo creativo, pero va cambiando con el tiempo”, afirma.

Pese a que se requiere un delicado equilibrio entre buscar nuevas aficiones y la concentración que exige triunfar en el mundo del triatlón, los estudios siguen siendo un valioso contrapeso para ella. “Me ayuda a ser mejor en el deporte porque así no me estreso ni le doy demasiadas vueltas a las cosas —afirma—. No es bueno, y para mí es importante tener otras áreas de interés. En el deporte, me interesa maximizar lo que quiero hacer. En los estudios, en cambio, me basta con hacerlo bien, no necesito destacar”.

 “Me interesa cómo toman decisiones las personas”.

Al principio de cada carrera, cuando está a punto de saltar al agua, a Tertsch le gusta que su mente esté tan serena y en calma como esa agua. Pero si los nervios le juegan una mala pasada, se lo toma como un simple indicador de lo importante que es para ella hacer un buen papel. Confía en su cuerpo y en su preparación para olvidarse de todo lo demás.

Si el entrenamiento consiste en crecer a largo plazo y resolver problemas teóricos durante meses, en las carreras hay que reaccionar ante problemas prácticos en cada momento. “Creo que una ocasión en la que hice las cosas realmente bien fue en Pontevedra”, señala, refiriéndose a su cuarto puesto en la Gran Final de las Series Mundiales de Triatlón (WTCS) en septiembre de 2023. “Considero que en cada carrera hay partes buenas y malas, incluso en aquella: no estoy segura de poder hacer una en la que crea que todo ha salido rodado, pero tampoco creo que sea necesario”.

Ese resultado en España supuso su pase a la escena mundial este verano. Ahora forma parte del equipo alemán que ganó el oro en relevos mixtos en agosto de 2023: hay potencial para la gloria en equipo, además de alguna medalla individual en la prueba que domina el programa de todo triatleta que se precie.

“Todos tenemos expectativas inconscientes, y es cuestión de saber gestionarlas —dice—. Ya estoy reflexionando sobre cómo voy a lidiar con la presión, va a haber mucha gente y muchas distracciones. Estoy pensando en cómo mantener la concentración y no dejarme arrastrar demasiado por ningún factor externo”.

Tertsch siente que marcarse un objetivo muy concreto podría acabar por bloquearla. “Mentiría si dijera que solo me centro en el proceso: el mundo del deporte de alto rendimiento no va así, los resultados son muy importantes”. 

“Pero también creo que, en el triatlón, los resultados pueden variar mucho: hasta las cosas más pequeñas pueden marcar una gran diferencia. Puedes estar perfectamente preparada y ser capaz de conseguir una medalla, pero hay cosas insignificantes que hacen que todo se tuerza como, por ejemplo, que no te hayas puesto bien el casco y te penalicen por ello, y de repente quedas en trigésima posición”, señala. 

“Hasta las cosas más pequeñas pueden marcar una gran diferencia”.

Por desgracia, lo dice por experiencia: no pudo clasificarse para la segunda ronda en las WTCS de Hamburgo por ese preciso motivo. “Creo que cómo te juzgas a ti misma debería basarse en lo preparada que estés: si partes de eso, los resultados vendrán solos”, dice.

Tertsch tiene el entrenamiento minuciosamente planificado. Me enseña su colorido plan de entrenamiento casero, con notas adhesivas pegadas en cada día de la semana: azul para natación, amarillo para entrenamiento de fuerza, verde para correr y rojo para bici. 

Pese a que cuenta con un equipo asesor al que consultar integrado por su familia, el entrenador británico Gordon Crawford y el preparador de triatlón alemán Louis Delahaije, a Tertsch le encanta entrenarse sola. “No me gusta que me digan lo que tengo que hacer con demasiada exactitud —apunta—. Necesito muchos consejos, pero tengo que ser yo la que tome las decisiones y asuma la responsabilidad en última instancia”. 

“Sé que he mejorado porque me sé mis tiempos de este año y los del pasado. También diría que eso es lo que pasa cuando tienes paciencia y trabajas día a día sin hacer ninguna locura”.

Y es que los excesos no son sinónimo de éxito, Tertsch cree más en el equilibrio: “Opino que si entrenas demasiado y lo das absolutamente todo, al final no dejas nada para las carreras”. 

Lisa Tertsch se enfrenta a una temporada 2024 movidita, pero lo tiene todo para obtener grandes resultados. “Me encanta lo que estoy haciendo ahora mismo; con el tiempo he ido aprendiendo lo que me funciona y lo que no”, dice.

“He llegado a un punto en el que veo muchos avances, y espero que eso se note”.