

Como la mayoría, Sofía González quería esquiar, escalar, montar a caballo, nadar y correr. A diferencia de la mayoría, le amputaron la pierna derecha a los tres años. Por suerte, sus padres le prestaron el mejor apoyo posible: nunca dijeron «no». Ahora, la apoyan en su camino a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2021.
Aunque le amputaron la pierna a los tres años, Sofía solo ha querido fijarse sus propios límites. En 2016 descubrió las prótesis de running d’Ottobock —las «bladerunners»— y comenzó a entrenar en un club de atletismo. Se enganchó al instante. Nunca miró atrás.
En los Campeonatos Mundiales de 2019 en Dubái, logró una nueva marca personal en los 100 m, un, nada despreciable, quinto lugar (se quedó a tan solo seis centésimas de segundo del cuarto puesto). También mejoró su marca personal en el salto de longitud, su segunda disciplina. Gracias a estas marcas, recibió el premio Newcomer of the Year Award (deportista revelación del año) de Allianz en la Noche Paralímpica Suiza de 2019.
Sus éxitos anteriores y recientes han ayudado a avivar el fuego de sus ambiciones olímpicas. Sigue leyendo y descubre el apoyo y la inspiración únicos que llevan a Sofía a ir más lejos, más rápido y, con suerte, a Tokio.
Mis padres me llevaron a los Juegos Paralímpicos de 2012 en Londres. Tenía 12 años. Fue una experiencia increíble que me cambió la vida. Ver que no estaba sola. Ver que hay atletas discapacitados en todo el mundo que pueden hacer cualquier cosa, todo. Todos eran tan buenos, tan comprometidos. Pude ver lo mucho que significaba para cada uno. Y quería eso para mí. Ese impulso. Esa habilidad. Ese hambre de triunfar.
A veces, sí, puede parecerte abrumador. Pero he aprendido a crear metas más pequeñas. Cada día, cada sesión de entrenamiento, cada carrera, pienso: solo ir más rápido, solo mejorar, aunque sea un poco. Un segundo aquí y allá. Todo suma. Y con esos pequeños objetivos es como lograré uno más grande, el más grande de toda mi vida.
Hago tanto sprints como carreras de larga distancia, y también salto de longitud. Así que, con la pierna derecha protésica, necesito mucha sujeción en el pie izquierdo. Es vital que el pie izquierdo tenga la mejor sujeción, para poder ir más lejos y más rápido. Por eso uso las Cloudflyer. Nunca he encontrado ninguna otra zapatilla que ofrezca el mismo nivel de sujeción. Tanto si hago algún sprint, corro largas distancias o salto en la arena, tengo que confiar totalmente en el pie izquierdo.
Además, aunque el atletismo es un deporte individual, los atletas del movimiento paralímpico estamos muy conectados entre nosotros. Sabemos que todos nos hemos enfrentado a obstáculos, desafíos, dudas. Hay una comprensión compartida, solidaridad. Competimos entre nosotros, por supuesto, al principio de una carrera. Pero dejando eso de lado, estamos juntos, nos apoyamos mutuamente.
Creo que lo más largo que he corrido fueron 10 km, en Lausana con mi padre. Ahí es donde también celebran el famoso maratón. Es una ciudad olímpica, lo que la hace muy especial. Fue duro a ratos, pero sobre todo fue divertido, lo disfruté. Eso es importante, creo. Tratar de disfrutar siempre de lo que estás haciendo.
Son mi red de apoyo más importante. Son las primeras personas a las que acudo con cualquier pregunta o problema. Y siempre están ahí para mí. No sería capaz de hacer nada de esto sin ellos. No tienes que verte diferente, me dijeron. Nunca pusieron límites, ni dudaron de mí ni un segundo. He aprendido a fijar mis propios límites.
Y luego están mis entrenadores en el club de atletismo CA Riviera. Entreno seis veces a la semana con atletas no discapacitados, y todos nos apoyamos. Además, asisto a sesiones de entrenamiento mensuales con el equipo nacional suizo. Me siento muy afortunada de contar con tanto apoyo tan diverso.
Simplemente, «sal y pruébalo». Si pruebas el running, te encantará. Tal vez no inmediatamente, pero sí muy pronto. Incluso si resulta difícil al principio, puedes superarlo.
Y si necesitas ayuda, puedes pedírsela a otros corredores. Hay una comunidad de running para todos. Online, en tu zona, en todo el mundo. Eso es lo que me encanta del running.