Hellen Obiri y Sinta Vissa: dos corazones sin freno
Un retrato íntimo de dos atletas de élite que se impulsan mutuamente y persiguen un mismo sueño: en un año crucial para el atletismo, Obiri y Vissa están listas para mostrar su trabajo al mundo.
Texto de Laura Markwardt. Fotografía de Colin Wong y Sammy Smart
Ver “Correr con el corazón”, el corto documental sobre la historia de Hellen Obiri y Sinta Vissa. Este vídeo forma parte de la serie Dream Together. Descubre otras historias y mucho más en on.com/dream-together.
A mediados de 2022, On colocó unas enormes vallas publicitarias por toda la ciudad de Nueva York. En ellas presentaban a una corredora de élite llamada a convertirse en leyenda: “¿Aún no conoces a Hellen Obiri? Pronto lo harás”, prometían. Para finales de 2023, esta ya había hecho historia haciéndose con el oro en los maratones de la ciudad de Boston [2:21:38] y de Nueva York [2:27:23].
En abril de 2024, volvió a correr en Boston. Esta vez, en cambio, no estaba allí como novata, sino como favorita con la presión de defender su corona: “Soy la campeona, tengo que defender mi título”, dijo. Obiri se desmarcó de la única competidora capaz de plantarle cara en la última milla y selló su triplete en un Gran Maratón con un tiempo de 2:22:37.
“¿Aún no conoces a Hellen Obiri? Pronto lo harás”.
“Defender el título no ha sido fácil… He tenido que trabajar muchísimo”, apuntó en la rueda de prensa posterior a la carrera. El trabajo duro, sinónimo de la rutina de entrenamiento, recuperación y vuelta a empezar de esta atleta de récord, es un tema recurrente en su carrera profesional. ¿Sus metas para el verano de 2024? Obiri no duda un segundo: “Quiero ganar”, dice.
Sinta Vissa, amiga y compañera de entrenamientos del equipo On Athletics Club (OAC) de Obiri, se visualiza alcanzando sus metas deportivas a través de los ojos de Obiri a media carrera: “Hay que verse como alguien en quien te gustaría convertirte, verse ganando una carrera. Hay que tener confianza y paciencia, y entonces dar el paso e ir a por todas. Sin mirar atrás”.
Vissa es consciente de que “todo el mundo tiene una historia de fondo”. No obstante, recordar las adversidades del pasado ayudan a ambas atletas a mantener la concentración para seguir ganando, incluso estando en lo más alto.
El coste de competir al más alto nivel suele ser invisible a los ojos de los más profanos.
En la primavera de 2022, el mismo año en el que aquellas vallas publicitarias de Nueva York anunciaban su nombre, Obiri tuvo que mudarse de Kenia a Boulder junto a su marido Tom Nyaundi y su hija Tania. Hoy, sigue entrenando bajo la batuta del entrenador Dathan Ritzenhein en el OAC.
“No es fácil tener que dejar a la familia de lado algunas veces”, comenta Obiri sobre el tiempo que dedica “a la práctica y a los entrenamientos”. Tener cerca a sus seres queridos le da la libertad de ir a por todas a la hora de perseguir sus sueños deportivos. El apoyo que Obiri recibe de su equipo y su familia es tan importante para su éxito como cualquier plan de entrenamiento: “El apoyo psicológico que me brindan me da la fuerza que necesito para ganar”, señala.
Obiri habla de su familia como una razón para correr, y de su trabajo como una forma de enseñarle a su hija que se puede llegar a dominar un arte si trabajas duro: “Necesitaba correr por Tania”, dice Obiri, “para que sepa que mamá puede hacer lo que se proponga”.
“Hay que dar el paso e ir a por todas. Sin mirar atrás”.
La corredora de media distancia del OAC Sinta Vissa fue adoptada a los nueve años y tuvo que abandonar su Etiopía natal para mudarse a Italia.
Inspirada por los equipos etíopes que corrían en los Juegos de 2008, Vissa se mudó a EE. UU. en 2019 para correr en la National Collegiate Athletic Association (NCAA): las medallas no tardaron en llegar. Hoy, Vissa ostenta el récord de la milla de Italia en pista cubierta, y fue campeona en 1500 m de la NCAA en 2022. Esa victoria, señala, “me cambió la vida”.
Poco después, Vissa entró en el OAC. Ahora, con 27 años, vive en Boulder con Obiri y el resto del equipo. Puede que viva en un huso horario distinto a su madre adoptiva, pero cuenta con todo su apoyo.
“Ese es uno de los sacrificios que he tenido que hacer para perseguir mis sueños”, comenta Vissa, “vivir lejos de mi familia”.
Vissa, que forma parte del círculo más íntimo de Obiri, entiende las vicisitudes por las que deben pasar muchos atletas para alcanzar sus objetivos. Gestionar el riesgo de lesiones, enfrentarse a contratiempos durante las carreras o tener que vivir en bases de entrenamiento lejos de sus hogares: todos tienen en común la dedicación a su oficio y conviven con los sacrificios que deben hacer por el camino.
Cada vez que Obiri presencia sus entrenamientos junto a la pista, Vissa recibe un chute de energía: “Hellen lleva tanto tiempo petándolo que para mí representa un auténtico subidón”.
Vissa y Obiri comparten su buen humor, pero Vissa no se cansa de repetir que es un auténtico “honor” conocerla: “Sabía lo rápida que eras, lo buena que eras: eras mi inspiración”, afirma.
Vissa llama cariñosamente a Obiri “mami”, y esta ejerce generosamente el papel de mentora: “La veo como a una hija y nos respetamos muchísimo… Pese a ser joven, me aporta algo que me ayuda a correr”, dice Obiri de Vissa.
La madre adoptiva de Vissa replica este apoyo desde su hogar en Italia: “Como madre, una nota ciertas cosas, y yo notaba que [correr] era tu camino”, le dice a Vissa. “Si hubieras vuelto a casa, todos habríamos salido perdiendo: tú, la familia y el mundo del atletismo. Lo único que espero es que nunca olvides de dónde vienes”.
“Nunca olvides de dónde vienes”.
Son estos fuertes lazos de apoyo –saber que, independientemente de cuál sea nuestro papel, todos luchamos por lo mismo– los que unen a Obiri, a Vissa y al resto del equipo. El sacrificio tiene que ver con nuestras decisiones, pero alcanzar la grandeza no es una decisión que se pueda tomar en solitario. “Tenerte como compañera y poder soñar juntas hace que todo sea más fácil; creer que, si trabajamos en equipo, todo es posible”, le dice Vissa a Obiri.
En la primavera de 2024, Athletics Kenya seleccionó a Obiri para formar parte del equipo de maratón integrado por seis personas que representará al país en los Juegos este verano. Ella menciona a su familia, a Vissa y al OAC, pero en realidad corre en representación de cualquiera que tenga un sueño: “No quiero decepcionaros”, dice.
Vissa también piensa en Obiri y en su equipo mientras persigue sus sueños en la escena internacional.
Ambas tienen a su círculo más íntimo a su lado pase lo que pase el día de la carrera: "Entrenando sola es imposible llegar hasta aquí", dice Obiri. "Si tomas a otras personas de la mano y entrenas como un equipo, alcanzarás la victoria y podrás cumplir tus sueños”.