Ir al contenido principal

On App

Ropa y Calzado Tecnico Suizo

Sinta Vissa se siente afortunada

La mediofondista italiana del On Athletics Club nos habla de su capacidad de adaptación, de su optimismo y de cómo mantiene en secreto sus objetivos.

Texto de Laura Sugden Clarke. Fotografía de Colin Wong, Joe Hale, Frankie Carino.

Son las 3 de la tarde de un miércoles de mayo. Y llueve en Boulder, Colorado. Parece ser que es típico de esta época del año, pero después de quemarte al sol gracias al jet-lag durante la comida (o la cena, ¿quién sabe?) de ayer, me cuesta creerlo.

La lluvia golpea el parabrisas del Chevy Silverado que me sirve de oficina durante el día. Pero el panorama cambia en cuanto Sintayehu (Sinta) Vissa, una de los miembros más recientes del On Athletics Club, entra en el coche. Es como si de repente hubiera salido el sol. Se muestra cordial y afable, a pesar de haber pasado una hora corriendo por caminos de tierra bajo el diluvio universal. Estamos aquí para rodar una campaña publicitaria, y como todos los modelos son atletas profesionales, ha sido más bien una combinación de entrenamiento y sesión fotográfica. Lo que funcione. 

Con sólo 26 años, Sinta está acostumbrada a encontrarse rápidamente como en casa. Tras ser adoptada a los 9 años y dejar su hogar en Etiopía para criarse en Italia, Sinta pasó una breve temporada como au pair en Irlanda, antes de ir a la universidad en Estados Unidos para dedicarse al atletismo. Estudió en la Universidad Saint Leo de Florida y luego se trasladó a Misisipi para unirse al equipo de atletismo. Cuando le pregunto si esta adaptabilidad es una especie de superpoder, se detiene un momento y se encoge de hombros.

"Siempre he tenido suerte. Toda mi vida", afirma sonriendo. 

"Cuando me adoptaron, tuve que adaptarme a una nueva cultura, a mi nueva familia italiana. Luego, cuando fui a la universidad en Estados Unidos, tuve la gran suerte de tener un entrenador que se volcó conmigo. Aquí, el equipo también me ha recibido muy bien y Dathan (Ritzenhein, el entrenador jefe del On Athletics Club,) ha sido increíble conmigo. He sido muy afortunada en todo".

Le sugiero que compre un billete de lotería y ella acepta darme el 10% si gana (al fin y al cabo, fue idea mía). Esperamos que sea una cantidad considerable.

Su energía positiva y la perspectiva optimista que da a cada situación que me cuenta de su vida son palpables. Se lo digo, ella se ríe.

"¡Eso espero! Tenemos uno de los mejores trabajos que existen, aunque requiere mucho esfuerzo mental. Cuando alguien se encuentra cansado, siempre lo animo a salir a correr juntos, a disfrutar del momento. Espero aportar alegría y serenidad al equipo. Intento que todo el mundo sea consciente de la suerte que tenemos". 

Correr en la universidad fue un momento decisivo para Sinta. Fue entonces cuando la posibilidad de correr a nivel profesional pasó de ser una idea lejana a convertirse en algo al alcance de su mano. Aunque no fue un camino exento de dificultades.

Para ayudarme a entenderlo, me pide que imagine cómo sería meter a un montón de gallinas juntas en un espacio reducido. Leyendo entre líneas, parece que encajar con las otras corredoras de su equipo universitario no fue precisamente agradable. “Yo era mayor que ellas, estudiante becada y una de las pocas no estadounidenses en el equipo. Fue duro”, me cuenta.

"Pasé por momentos difíciles en la universidad, cuando iba a entrenar pero no me sentía feliz con lo que estaba haciendo. Tuve mucha suerte de poder disfrutar de una beca completa, pero hubo días en los que sentí que era demasiada presión para mí", dice. 

"Solo confiaba en el entrenador", explica. "Nunca en mí... No era muy optimista. No me creía capaz, aunque me eligiesen para competir en la carrera. Pero ahora sé que puedo hacerlo. Sé que tengo la habilidad en las piernas porque llevo mucho tiempo entrenando".

Pero ahora, estar en un equipo profesional es un mundo nuevo.

"Ahora sé que no es solo un sueño llegar al Campeonato del Mundo, sé que puedo hacerlo. Solo tengo que trabajar duro. Y es mi trabajo, ¿no? Ahora me pagan por ello, eso lo hace más oficial". 

Hasta ahora, el entrenamiento como parte del On Athletics Club ha consistido realmente en fomentar esa confianza. 

"La mayoría de la gente piensa que cuando un atleta tiene éxito en la universidad debería tenerlo también a nivel profesional, pero rara vez es así", afirma el director de operaciones de OAC, Andy Wheating. "El circuito profesional es muy diferente del sistema universitario y adaptarse a una rutina diaria y un estilo de entrenar diferentes requiere tiempo y paciencia".

Y, ¿cómo está yendo todo hasta ahora? "Este es mi primer año compitiendo como profesional", dice Sinta. "Cuando voy a una carrera, conozco todos los nombres. Como antes los admiraba, conocía sus marcas, soñaba con ser como ellos algún día. Y eso me intimida y me produce inseguridad. Ahora mi entrenamiento consiste en ganar confianza para presentarme en la línea de salida y convencerme de que ese es mi sitio, de que merezco estar ahí tanto como ellos. En eso nos estamos centrando ahora mismo".

"A menudo, los atletas no empiezan a ver los frutos de su trabajo con un entrenador profesional hasta el segundo año", dice Andy. "Sinta ha llegado a ese punto antes de lo esperado, estableciendo el récord de Italia de la milla en pista cubierta y mejorando su marca personal. Va camino de convertirse en una de las mejores corredoras italianas, si no lo es ya”.

"Pero lo mejor de todo esto es que, con solo una breve conversación con Sinta, empiezas a valorar mucho más a la persona que cualquiera de sus resultados en la pista. On y el OAC son muy afortunados de que forme parte del equipo".

Da la sensación de que 2023 podría ser el año de Sinta. Con los Relevos de Pensilvania en el bolsillo, donde terminó segunda en los 1500 m por detrás de su compañera de equipo Josette Norris, la serie On Track Nights y los Campeonatos del Mundo en el horizonte, me pregunto qué objetivos se ha fijado Sinta. Pero prefiere no compartirlos. 

"En los entrenamientos, cuando me siento bien, me lo guardo para mí. No dejo que se note. Me está dando confianza, así que no me gusta mostrarlo, por eso me lo reservo. Cuando me fijo un objetivo importante, lo comparto con mi entrenador, obviamente. Pero lo mantengo en secreto hasta que consigo hacerlo realidad".

Con la buena suerte que suele acompañarla, los secretos no van a durarle mucho tiempo.