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La guía secreta de París de Joana Hanna: una historia de amor

Joana Hanna, creadora de contenidos deportivos, On Partner y parisina, pasea por la ciudad para descubrirnos rincones en los que sentir que todo es posible.

Texto de Joana Hanna. Fotografía de Jean-Marc Jaleel.

Romanticismo, revolución y nuevas metas: desde semanas de la moda hasta pruebas deportivas, todos los protagonistas de la escena mundial se darán cita en París este verano para rendir tributo a la capital francesa. On habla con la creadora de contenidos deportivos parisina Joana Hanna para descubrir lo que la Ciudad de la Luz —y los secretos que encierra— significan para ella.

Bienvenue a París, mi hogar, mi ciudad”.

Yo nací en Courbevoie, un barrio a las afueras, y crecí en la zona este. Paso mucho tiempo en el centro y en Le Marais, en el 4ème arrondissement o Distrito 4, también conocido como SoMa (South Marais). Está lleno de tiendas alternativas, galerías y bares. 

También alberga la Maison de Victor Hugo, el famoso escritor francés que una vez dijo: “Respirar París conserva el alma”. Victor Hugo escribió la mayor parte de Les Misérables entre principios y mediados del siglo XIX en esta casa-museo, y merece la pena visitarla aunque solo sea para empaparse de la creatividad que desprende.

Por las mañanas, cuando amanece, es cuando más creativa me siento. Eso sí, no soy de esas personas que necesita seguir una rutina estricta. Aunque viajo mucho, siempre empiezo el día con un café y un buen paseo. Lo más típico por aquí es el espresso, pero yo me doy el capricho de pedir un latte con leche de avena. Cuando el sol aprieta, lo pido con hielo.

 “Lo más típico por aquí es el espresso”.

Soy una persona activa por naturaleza, y París es una auténtica delicia si te gusta moverte. El fútbol y el baloncesto eran mis deportes favoritos en la universidad. Ahora practico yoga Vinyasa en Kind Yoga, fútbol sala con mis amigos y familia en Le Five los domingos o me doy una buena carrera sur les quais, junto al Sena. Correr por la orilla del río es algo precioso, y yo fluyo mejor si no tengo que pararme en los semáforos, porque así puedo relajarme y alcanzar mi estado de flow.

No se puede venir a París y no probar los choux à la crème de la pasteleríaMamiche: son superligeros, no demasiado dulces e increíblemente adictivos. Otra opción son los babkas (solo aptos para amantes de la canela) de The French Bastards, que maridan muy bien con un té de jazmín, mi combinación favorita. Mis cafeterías favoritas (Partisan Café Artisanal, Café Kitsuné yNoir) sirven un café delicioso, pero también tienen una estética perfecta para Instagram: todo sabe mejor si puedes compartirlo con amigos.

Mi forma favorita de moverme por París es andando o corriendo. Tenemos cada vez más carriles bici, así que esa es otra forma de hacerte una idea de cómo es la ciudad. Creo que el metro es la manera más económica de cubrir grandes distancias; es el medio de transporte más popular entre los parisinos, desde luego.

“Todo sabe mejor si puedes compartirlo con amigos”.

Hay una pequeña cafetería escondida no muy lejos de la Torre Eiffel, en el 16ème arrondissement, que llevo mucho tiempo guardándome para mí. Es muy chiquitita y está en Maison de Balzac, donde también hay un museo diminuto dedicado a Honoré de Balzac, un escritor muy conocido por sus comedias y relatos cortos. Tiene un jardín divino y una vista espectacular de la Torre: si puedes, acércate en un día de sol.

Me siento orgullosa de ser de aquí y me encanta hablar de lo que convierte a alguien en parisienne, ya sea la comida, el vino, la cultura, el estilo, los deportes que elige o la actitud que adopta ante la vida. Dicho esto, París también cuenta con una comunidad internacional increíble y une a todas estas personas en torno a esas mismas pasiones compartidas. Todo el mundo es bienvenido. La buena comida, el arte, la arquitectura, los espacios verdes y, por supuesto, el romance... son para todos.

Del mismo modo en que la historia y el legado de una ciudad como París determinan su futuro, también podríamos hacer una analogía con el arte de correr. Todo el entrenamiento anterior al día de la carrera será lo que determine tu rendimiento y, quizás, también tu destino sobre el podio.

 “El entrenamiento será lo que determine tu rendimiento y, quizás, también tu destino sobre el podio”.

¿Mi único consejo para cualquiera que venga a París? ¡No te enamores demasiado rápido! Tómate tu tiempo para disfrutar de todo lo que te ofrece la ciudad.

Descubre París corriendo con estas rutas de On

The culture run

Una ruta de 12,3 km y 62 m de desnivel positivo que, en honor a la revolución, empieza en el Hôtel de Ville (o ayuntamiento), pasa por el Louvre y por algunos de los monumentos más conocidos de la Ciudad de la Luz.

The energy run

Con 17,6 km y 106 m de desnivel positivo, esta ruta es algo más exigente. Algunos tramos coinciden con los que correrán los atletas durante los Juegos, por lo que puedes sentirte como ellos, pero sin el baño de hielo y el tiempo de recuperación posteriores.

The coffee run

Una ruta sencilla de 9,5 km y solo 44 m de desnivel positivo. Sale de Bonjour Jacob, pasa por algunos de los mejores sitios de la ciudad donde reponer fuerzas (la pastelería The French Bastards es una parada obligada) y termina en el club deportivo La Montgolfière. Empieza el calentamiento con un café bien cargado y deja que tus piernas hagan el resto.