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Olivia Gürth: De la sub-23 a la escena mundial

Tras sus feroces inicios en la división júnior, esta joven promesa del atletismo alemán prepara sus carreras como el resto de la temporada: desafío a desafío.

Texto de Robert Birnbaum. Fotografía de Joel Friedlin.

Olivia Gürth no para de subir el listón: de pequeña jugaba a saltar obstáculos en el jardín de su casa, y más adelante empezó a practicar atletismo, donde destacaba en salto de longitud y de altura. No obstante, hicieron falta dos medallas de oro en el Campeonato de Europa sub-23 para que quedara claro cuál era su fuerte: las carreras de obstáculos. 

“No me metí en el atletismo con intención de convertirme en corredora”, comenta. “Me di cuenta de que esto era lo mío cuando tenía unos 16 años. Me encanta porque no se trata solo de técnica, sino también de correr, de llegar a la línea de meta lo más rápido posible”.

Llegar a la línea de meta lo antes posible puede parecer sencillo, ¿pero cómo lo consiguen corredores como Olivia, compitiendo en carreras de obstáculos en las que deben sortear cuatro vallas y un foso de agua en cada vuelta?

“No todo el mundo está hecho para las carreras de obstáculos, pero dos compañeras y yo quisimos probar suerte en la categoría sub-18. Con los años, he acabado haciéndome un hueco. Es muy diferente de correr en círculos: me encanta el cambio de ritmo que imponen los obstáculos cada 100 metros”.

Saltos aparte, las corredoras de 3000 metros obstáculos como Gürth imprimen un ritmo brutal. El actual récord femenino mundial de 8:44:32 es solo 38 segundos más lento que el de 3000 metros sin obstáculos (8:06:11), y la diferencia con la categoría masculina es de 32 segundos. Parece que los obstáculos no se lo ponen más fácil a los atletas, ¿pero realmente se lo ponen más difícil? Puede que sí a nivel físico, pero no mental. Aunque para Olivia, ocurre más bien al contrario.

“Las vallas son pequeñas metas intermedias que me ayudan a olvidarme de la distancia que queda. Para mí, la parte central de la carrera es la más dura, ahí es cuando me centro en llegar a la siguiente valla lo antes posible. Recuerdo una carrera en el Campeonato Mundial sub-23: sabía que mi mayor competidora iba a imponer su ritmo desde el principio, pero como mi fuerte reside en dar ese empujón final, me marqué como objetivo no despegarme de ella para poder adelantarla en el tramo último. Me resultaba mucho más fácil quedarme con ella hasta el siguiente obstáculo que pensar que tendría que hacerlo durante cuatro vueltas más”.

“Las vallas son pequeñas metas intermedias que me ayudan a olvidarme de la distancia que queda”.

Gürth confía en su capacidad para meter una marcha más en el tramo final de la carrera; sus ganas (y su confianza) aumentan a medida que se va acercando a la línea de meta.

“Una vez superada la parte central de la carrera, empiezo a creerme de verdad que puedo marcar la diferencia al final. Entonces sé que ya falta poco, y quiero caer rendida de agotamiento al terminar sabiendo que lo he dado todo, que he apretado en el sprint a meta, ya sea para hacer un mejor tiempo o para ponerme en cabeza. Me alegro de tener esta capacidad; sé que no tengo que esforzarme tanto desde el principio como otras corredoras porque puedo confiar en mi velocidad al final”.

“Correr pensando ‘Tengo que mantener el ritmo hasta la próxima valla’ es mucho más fácil que pensar ‘Tengo que mantenerIo durante cuatro vueltas más’”.

Cuando Olivia Gürth se coloca en la línea de salida, el espectáculo suele durar hasta el final. 

“Mi madre dice que está en tensión hasta que termina la carrera. Muchas corredoras han sufrido caídas a 50 metros de la línea de meta, es algo que puede pasar”.

¿La recomendación de Gürth para que no ocurra? “No dudes bajo ninguna circunstancia: cuanto más rápido llegues a la valla, más fácil será saltarla. El foso de agua es mi obstáculo favorito, me encanta saltarlo y después acelerar en la curva, esa es una sensación que no obtienes en ninguna otra disciplina”.

Este año (2024), Gürth pasará de correr en la sub-23 a competir con atletas más sénior. Al anunciar sus objetivos para la temporada, no parece que este cambio la intimide demasiado. Para empezar, quiere colarse entre las cinco primeras en el Campeonato de Europa en Roma, y después llegar a la final en la escena internacional. Las atletas como Olivia Gürth (que ostenta el título alemán de Deportista del año 2023 en la categoría de atletismo) son conscientes de que el éxito trae consigo más expectativas y más atención. 

“En el próximo campeonato ya no me verán como una chavalita que solo va allí a ganar algo de experiencia, y eso es totalmente nuevo para mí: acapararé todas las miradas antes de esas carreras y es algo con lo que tendré que aprender a lidiar”.

Al entrenar con la tres veces finalista olímpica Gesa Krause, Gürth tiene buena compañía.

“Había oído el nombre de Krause muchísimas veces en televisión; a los 16 yo ya era muy fan suyo. No hay más que verla en las competiciones, la reacción de los medios, todas las niñas que se le acercan, su estatus, el modelo a seguir que representa...: se ve a la legua lo profesional que es siempre en todo. Sinceramente, creo que su experiencia con los medios, el entrenamiento y todo lo demás me vienen fenomenal”. 

Tanto en la pista como fuera de ella, Olivia Gürth se beneficia de la presencia de la nueva atleta de On, no solo como modelo a seguir, sino también como aspiración: “Verla en los entrenamientos me da buen rollo: si algún día puedo entrenar como ella, a lo mejor también puedo llegar a correr como ella.

Con una voluntad de hierro y rodeada de compañeras más experimentadas, Gürth lo está dando todo para hacer realidad sus sueños: “Objetivamente hablando, cada cuatro años compites con la misma gente que en los mundiales, pero Gesa me cuenta que es otro nivel: el ambiente, las sensaciones, la atención”.

“Creo que tengo que vivirlo en primera persona: simplemente poder decir que he llegado hasta allí ya sería un sueño hecho realidad”.