On x MoMA PS1: Nova Class Episodio 1 – El retorno de la energía

La energía lo es todo, lo impulsa todo. Cada persona, cada rostro, cada ciudad, cada calle. A veces es algo bueno, a veces no. Puede encender nuestro fuego interno y puede golpearnos hasta la sumisión. Es imposible de cuantificar e igualmente difícil de fingir. Pero puede canalizarse.

Para la comunidad de creativos y artistas de Nueva York, el MoMA PS1 representa una forma de hacer exactamente eso: canalizar la energía hacia algo nuevo y experimental.

Y como el mundo ha estado encerrado, la energía reprimida se ha acumulado y acumulado. Esperando a ser desatada, a ser encendida. Por eso ha llegado la hora del retorno de la energía.

Presentamos el MoMA PS1

Todo comenzó en 1976, cuando se fundó el centro de arte PS1 en los salones de la antigua «Public School 1» y el acrónimo PS1 se mantuvo después de que el centro de arte pasara a llamarse «Project Space 1». En un principio, la idea era reconvertir espacios urbanos sin un uso designado en espacios de exposición de arte contemporáneo. La comunidad del PS1 se centra en artistas emergentes y en las últimas tendencias artísticas explorando continuamente las sinergias entre música, teatro, videoarte y otras formas de expresión y arte. 

El nuevo milenio también supuso un gran paso para el PS1, ya que el Museum of Modern Art inició su afiliación con el centro de arte neoyorquino en 2001. La unión dio lugar al nuevo nombre que se mantiene hasta hoy: MoMA PS1. Desde entonces, a través de exposiciones temporales, actuaciones, conferencias y otros innumerables formatos, artistas emergentes y poco conocidos han encontrado un lugar para compartir su trabajo.

Entre los numerosos artistas y creativos que colaboran, se encuentran la música Ana Roxanne y el compositor e intérprete Jeremy Toussaint-Baptiste. Ambos han deleitado a los visitantes del MoMA PS1 con su conmovedora visión artística en la serie de conciertos Warm Up y en otras exposiciones. En Nova Class, nos sentamos con ellos y escuchamos cómo siguen superando la adversidad. También han querido compartir con nosotros como el movimiento y la energía influyen en cada uno de sus pasos. En sentido figurado.

«Se trata de intentar encontrar las cosas buenas en tu mundo...»

Ana Roxanne explora nuevas formas de expresar la creatividad partiendo de cero, haciendo que sus oyentes encuentren un amplio espacio para perderse en sus paisajes sonoros ambientales. «Dejar todo atrás y empezar de cero. Siento que eso me ha ayudado a descubrir nuevos rumbos en mi trabajo». Citando a la inigualable Björk como una de sus influencias, la música de jazz de formación parece encontrar siempre lo que necesita para alimentar su propio crecimiento.

Los desafíos que presenta la pandemia mundial han supuesto un obstáculo en el camino de muchos creativos, pero Ana sigue sacando fuerzas e inspiración canalizando la positividad que le rodea y que lleva dentro. Es primordial mantener un ritmo propio cuando se siente la afluencia de energía. Puede que sea lento a veces, pero es así como prospera su arte. «Creo que las cosas llevan su tiempo», explica Ana, «las prisas innecesarias pueden ser duras para el cuerpo, la salud o la mente.

Para ella, el movimiento tiene que ver con la constancia y con abrazar la lentitud de la vida. Tener un flujo constante de energía hacia uno mismo dará como resultado un retorno de energía, que se canalizará para dar energía a otros a través de la música.

Jeremy Toussaint-Baptiste siempre está en movimiento, ya sea rompiendo los límites artísticos entre la música, el ambiente y el diseño sonoro experimental o de alguna otra manera. «El movimiento es algo natural para mí», nos cuenta este colaborador del MoMA PS1. Menciona también que ha viajado por el mundo y que vive el día a día con pensamientos e ideas centradas en el movimiento, especialmente en un entorno tan cambiante como el de Nueva York.

A pesar de su mentalidad activa, Jeremy siente un gran respeto ante la dificultad de iniciar nuevos proyectos y aventuras: «Es como un salto de fe que das por y para ti mismo». Y estos saltos de fe le acompañan, ya sea creando, actuando o corriendo por el barrio. Para crear algo especial, Jeremy cree que hay que mantener un cierto sentido de control sobre los pequeños riesgos que se corren cada día, sin perder la libertad creativa.

Como los confinamientos limitaron la exposición a sus fuentes habituales de inspiración, decidió frenar y absorber la energía que su entorno le ponía en bandeja. Incluso hubo momentos en los que sacó el micrófono por la ventana. El motivo: «Solo para dejar que la comunidad que siempre estuvo allí llene el espacio que normalmente yo llenaría con mi propio sonido». Pero la comunidad no solo le dio material para su próximo proyecto. También le inyectó una nueva energía cuando no había mucho más que hacer que estar al aire libre, observar el entorno y disfrutar de los simples placeres.

Al igual que los muchos otros artistas influyentes que colaboran con el MoMA PS1, Ana y Jeremy sienten que la energía recibida que fluye a través de ellos debe ser devuelta. Porque este retorno de energía es lo que hace que el arte pase de ser una idea a ser un algo que todo el mundo puede disfrutar y aprovechar. Al igual que cada paso es solo el final de un movimiento hasta que el siguiente da lugar a un nuevo comienzo. La energía se toma y, con la canalización adecuada, se devuelve.