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Thomas Dreissigacker: “No todo son las medallas”

El entrenador del OAC Europe, combina su experiencia con la ciencia moderna para sacar lo mejor de sus atletas dentro y fuera de la pista.

Texto de Robert Birnbaum. Fotografía de Lea Kurth.

“El trabajo de entrenador es único. Hacen falta grandes dosis de paciencia, experiencia y empatía. Mucha empatía”.

Thomas Dreissigacker sabe de lo que habla. A este alemán de 37 años siempre le ha intrigado el desafío que supone ayudar al cuerpo humano a alcanzar todo su potencial. Incluso en sus días como corredor junior “mediocre” (según él), el actual entrenador del OAC Europe entrenó a equipos de jóvenes en su ciudad natal de Hildesheim (Alemania). Pero después de graduarse en Ciencias del Deporte, su trayectoria profesional lo llevó por otro camino. Sin embargo, tras una corta etapa en el mundo del análisis del rendimiento deportivo, Dreissigacker fue nombrado entrenador de la selección alemana. Aunque le interesaban todos los aspectos del deporte, estaba claro que su destino era entrenar.

“Ayudar a atletas jóvenes a evolucionar, como deportistas y como personas, es lo que hace que entrenar sea tan especial”. Dreissigacker está satisfecho con la trayectoria profesional que eligió y no rehuye de los desafíos a los que se enfrentan todos los entrenadores de deportes de competición.

“El feedback que recibes a través de los resultados y el progreso es constante y bastante intenso, pero también muy honesto. Como entrenador tienes que tomarte las críticas con filosofía. A veces hay que ponerse la armadura y dejar que las cosas te resbalen”.

“El trabajo de entrenador es único”.

En 2021, justo después de los Juegos de Tokio, Dreissigacker recibió una oferta que no pudo rechazar.

Después de la exitosa creación del On Athletics Club (OAC) en Estados Unidos, había planes para crear la versión europea. Y el equipo necesitaba un entrenador. Tras demostrar su impresionante potencial con el equipo alemán, Dreissigacker era el favorito para hacerse con el puesto. Para él, este cambio fue como un soplo de aire fresco.

“Al ser un entrenador joven, tenía montones de ideas para conseguir mejoras. Anhelaba tener más margen para hacer cambios. Vi claro que On iba en serio con este equipo y que de verdad querían crear algo especial. ¿Poder entrenar a un equipo profesional sin tener que irme a vivir a Estados Unidos? Había poco que pensar”.

Poco después, se puso al frente del OAC Europe y de sus trece talentosos atletas. Teniendo en cuenta que algunos ya habían sido olímpicos y campeones nacionales, el nuevo equipo tenia muchas probabilidades de cosechar grandes éxitos internacionales. Aunque Dreissigacker y sus atletas sueñan a lo grande, su ambición va más allá del podio y los metales.

“Claro que nos preparamos para ganar medallas, pero hay mucho más. Se trata de poder trabajar con un equipo a nivel profesional, y de hacerlo a tu manera. Quiero que mis atletas disfruten de unas condiciones de primera clase. Todo esto hace que trabajar con el OAC Europe sea tan especial. Si además tenemos éxito, pues mejor que mejor”.

¿Poder entrenar a un equipo profesional sin tener que irme a vivir a Estados Unidos? Había poco que pensar”.

El trabajo duro tiene su recompensa. Para sacar lo mejor de cada atleta, además de rutinas de entrenamiento personalizadas y bien diseñadas, hacen falta una equipación de calidad y otras facilidades. Pero, a la hora de la verdad, nada de eso sirve si no se tienen los atletas adecuados. Corredores como Sebastian Frey, que llegó al OAC Europe desde su club local de atletismo en Viena, ven el OAC como una vía de acceso única al running profesional.

Para los atletas, la seguridad es indispensable. Un club o una federación les puede ofrecer apoyo [financiero], pero rara vez se prolonga durante periodos largos. El OAC Europe les ofrece contratos a largo plazo para que puedan centrarse exclusivamente en su disciplina. Esto les permite sacar el máximo provecho de trabajar en un entorno profesional, con un terapeuta que cuida de su salud mental, atención médica, concentraciones de equipo y mucho más. Los equipos profesionales de este tipo son habituales en Estados Unidos, pero no en Europa”.

Han pasado tres años desde que se formó el OAC y Dreissigacker ha sido testigo de cómo trece atletas individuales se han convertido en un grupo muy unido. A pesar de que a veces deben competir entre ellos, estos increíbles atletas no dejan de inspirarse y apoyarse unos a otros.

“Quedó patente en el Campeonato Europeo en Roma. Marta [García] ganó una medalla el primer día. Una motivación extra y el hambre de más medallas se transmitió inmediatamente por todo el equipo. Es un estímulo para todos: para los atletas y para mí como entrenador”.

Los miembros del equipo son de distintas culturas y países. Para Dreissigacker, esta diversidad beneficia al equipo.

“Todos somos europeos, pero de distintos países. Desde el punto de vista cultural, se nota que somos un poco diferentes. Y eso es fantástico para gente tan joven, porque les ayuda a ampliar horizontes, también fuera del deporte. Tener una mente abierta y aprender cosas nuevas sobre el mundo nos viene bien a todos”.

El OAC Europe es un equipo de corredores. A diferencia de los de fútbol, el grupo de Dreissigacker no tiene un objetivo común, sino metas individuales. No obstante, su mensaje sobre cómo logran estar unidos y sentirse como un equipo es claro.

“Somos un equipo, pero cada persona es un atleta individual. Ningún atleta está por encima del equipo. Eso no quiere decir que estén en segundo plano. A veces, un atleta debe seguir su propio camino para alcanzar su potencial. Al mismo tiempo, hay veces en que deben dar prioridad al equipo. Ningún atleta es más importante que otro, y nadie es más importante que el equipo”.

Y Dreissigacker lo demuestra con hechos. Su método de entrenamiento combina las sesiones individuales con las grupales. Al igual que Dathan Ritzenhein y Kelsey Quinn, sus homólogos en el equipo del OAC en Boulder (Colorado), no cree que haya un método único que funcione para todos los atletas cuando el objetivo es mejorar la velocidad.

“En teoría, aplico mi filosofía de entrenamiento a todo el mundo, pero no significa que todos los atletas entrenen de la misma manera. Sus sesiones pueden ser totalmente distintas”.

“Ningún atleta está por encima del equipo”.

En la era de los entrenamientos basados en los datos —como el conocido “método noruego” utilizado por el campeón olímpico Kristian Blummenfelt—, Dreissigacker pone en práctica métodos modernos, pero teniendo también en cuenta su experiencia y su don de gentes, cualidades que impregnan todo lo que hace.

“Una cosa no excluye la otra. Recopilar un montón de datos no es excusa para descuidar otros aspectos del entrenamiento. Mi método consiste en recabar todos los datos posibles de cada atleta y de cada sesión. Esta información me ayuda a hacerme una idea general y me sirve de base para tomar decisiones”.

En otras palabras, no se trata de elegir entre métodos modernos o experiencia. Tal como él mismo explica, lo que hace es combinar los métodos modernos con la experiencia.

“No llevo 40 o 50 años en este mundo, así que no debería tomar decisiones basándome solo en mi experiencia. Al mismo tiempo, tampoco me basaría únicamente en los datos. Es una mezcla de ambos. Mi experiencia y las sensaciones del propio atleta también son parte de la ecuación”. 

Visto desde fuera, el entrenamiento de resistencia puede parecer excesivamente complejo. Y teniendo en cuenta la jerga que se utiliza, no es de extrañar: zonas de frecuencia cardiaca, umbrales anaeróbico y aeróbico, análisis del lactato, entrenamientos en altura... Aun así, la modestia de Dreissigacker no tiene límites. Sus métodos funcionan. Pero no es porque sean radicalmente nuevos.

“Nunca me atrevería a decir que he inventado algo nuevo. Lo que diría es que nunca me canso de aprender, de adquirir conocimientos y ponerlos a prueba para ver si funcionan con mis atletas; para todos o para uno de ellos”.

En líneas generales, mi filosofía bebe de varias influencias, pero al final cada uno encontramos nuestra propia fórmula. Los deportes de resistencia no son física cuántica. No son tan complejos como para tener que reinventar lo que ya está inventado”.

Complejos o no, algo debe de estar haciendo bien, porque, en solo tres días, el OAC Europe se colgó tres medallas en el Campeonato Europeo de Atletismo de 2024. La primera fue Marta García, que se hizo con el bronce en los 5000 m. Después fue el turno de George Mills, que se colgó una plata. Y un día más tarde, Mohamed Attaoui consiguió otra plata en la final de los 800 m. ¿Habrá descubierto Thomas Dreissigacker la receta del éxito en la pista? 

“Nuestro plan es perseverar. Tratamos de esforzarnos durante todo el año con la esperanza de que el trabajo dé sus frutos. Esta vez ha funcionado. Sabía que mis chicos y chicas estaban en muy buena forma. Y sí que pensé: ‘Si todo sale bien, lo mismo nos llevamos una medalla’. Pero no me esperaba que fuera a salir tan bien. Ver que vamos por el buen camino con muchos de nuestros atletas nos da confianza en nuestros procesos”.

“Los deportes de resistencia no son física cuántica”.

Tras una actuación estelar en el Campeonato Europeo y una preparación muy consistente, Dreissigacker tiene la vista puesta en el futuro.

En solo tres años, ha convertido a un grupo joven de corredores con talento en un equipo de atletas profesionales. Pero su trabajo no ha terminado. 

“No conozco a ningún entrenador que se siente tranquilamente a ver las carreras desde las gradas. No hay duda de que estamos tensos. Me acuerdo que en el Campeonato Europeo, sentado entre la gente, pensé: ‘el trabajo ya está hecho; todo va a salir bien’. Pero no es tan sencillo convencer a tu mente para que se lo crea”.

Esta tensión es un aspecto inherente al estilo de entrenamiento de Dreissigacker. Le importa lo que hace. Al final, parece que no se equivocó de profesión.