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Hellen Obiri hace historia

La atleta de On Hellen Obiri resultó vencedora en dos Grandes Maratones en 2023. En 2024, volvió a ganar en Boston. Ahora, se prepara para otra temporada épica este verano.

Texto de Laura Markwardt. Fotografía de Kevin Morris y Colin Wong.

“No ha sido nada fácil convertirme en Hellen Obiri”, afirma la atleta.

“Se trata de ser consciente de quién quieres llegar a ser. Convertirte en esa persona requiere muchísimo esfuerzo”. 

Obiri predica con el ejemplo. Entre sus galardones cuenta con dos medallas de plata olímpicas y siete en el Campeonato Mundial. Ha sido ganadora del Campeonato Mundial de Campo a Través y plusmarquista de los 3000 metros en Kenia.

“Cualquier runner puede convertirse en campeón o campeona, y lograrlo supone trabajar a conciencia”, añade.

“Trabajo” y “esfuerzo” son como un mantra que Obiri repite sin cesar. 

Cuando hablamos en 2023, acababa de terminar un difícil fartlek (que consiste en alternar el ritmo de forma aleatoria para superar los límites de la atleta). Se trataba de un recorrido de 22,5 km en Boulder (Colorado), donde entrena con el On Athletics Club (OAC). 

Apenas habían pasado cuatro semanas (incluidos diez días de recuperación y tres sesiones de intervalos) desde que alcanzara el podio en la ciudad de Nueva York.

“Fue emocionante. Todo el mundo quería ganar, todo el mundo nos miraba”, recuerda la atleta de 34 años, evocando el bullicio y la euforia de la llegada a la meta en Central Park.

2023 fue un año de triunfos para Obiri de principio a fin. Ganar primero el maratón de la ciudad de Boston \[2:21:38] y luego el de Nueva York \[2:27:23] supuso un doble triunfo que consagró su carrera, convirtiéndose en la primera mujer en conseguir ambas victorias en el mismo año desde que la plusmarquista Ingrid Kristiansen lo lograra en 1989. 

“No ha sido nada fácil convertirme en Hellen Obiri”.

La atleta noruega también se mudó a Boulder para entrenar en altura y, en plena cumbre de su carrera, declaraba a Track & Field News\: “Es un deporte muy duro, no es nada fácil. Tienes que esforzarte continuamente si quieres mantenerte en la cima”. 

Obiri menciona a su compatriota Vivian Cheruiyot (fondista de 40 años y campeona de campo a través que ganó el oro olímpico en los 5000 m en 2016) como su gran inspiración. “Siempre he admirado muchísimo a Vivian y nunca hubiera imaginado que conseguiría ni la mitad que ella. Pero, a juzgar por mis logros, es justo lo que he hecho. Ahora que tengo la oportunidad, quiero convertirme en una atleta extraordinaria”.

En abril de 2024, Obiri volvió a correr en Boston. Esta vez, en cambio, no estaba allí como aspirante, sino como favorita con la presión de defender su corona: “Soy la campeona, quiero defender mi título”, me dijo justo antes de apretar en el último kilómetro y hacerse con el maratón por segundo año consecutivo con un tiempo de 2:22:37. 

“Defender el título no ha sido fácil… He tenido que trabajar muchísimo”, apuntó en la rueda de prensa posterior a la carrera.

“Ahora que tengo la oportunidad, quiero convertirme en una atleta extraordinaria”.

Obiri ha ido perfeccionando la estrategia de su carrera. En noviembre de 2022, cuando participó en su primer maratón, se encontró compitiendo con unas temperaturas inusualmente altas para el mes de noviembre neoyorquino. Con sus reservas de energía a la baja y el termómetro en ascenso, su rendimiento no fue el esperado. Fue una combinación de circunstancias adversas que la llevaron a situarse en sexto lugar, dos minutos por detrás de la ganadora. 

“Cada atleta tiene su táctica —reflexiona—. Para mí, lo más importante de los campeonatos es tomármelos con calma, disfrutar de la carrera y ver cómo lo están haciendo las otras competidoras. Aparte de eso, todo es cuestión de paciencia”.

Desde que dejó la pista para centrarse en los maratones, Obiri venera la paciencia como un valor fundamental. A menudo, los corredores de fondo describen el maratón como una carrera de 32 km seguida de una competición de 10 km. Cualquier acto heroico que se lleve a cabo durante la primera parte sirve de bien poco.

Obiri pone en práctica su paciencia con una mayor conciencia de lo que sucede a su alrededor. Independientemente de lo que ocurra en la carrera, está llevando a cabo el esfuerzo necesario para desarrollar su fuerza y su intuición, lista para sacarle partido a cualquier debilidad que demuestren sus contrincantes.

“Al fin y al cabo, el maratón de verdad comienza en el kilómetro 38. Quiero llegar a ese punto lista para pasar a la acción. Si tan solo faltan 4 km, entonces es todo cuestión de velocidad. “En mis entrenamientos, me concentro en la velocidad, la distancia y repetir ascensos. Eso me ayuda muchísimo”, asegura. 

En la primavera de 2022, Obiri dejó su Kenia natal, junto a su marido Tom Nyaundi y su hija pequeña Tania, para mudarse a Boulder en Colorado y entrenar bajo la batuta de Dathan Ritzenhein, entrenador del OAC. 

Uno de los cinco atletas estadounidenses más rápidos de todos los tiempos en medio maratón, Ritzenhein describe a Obiri como “una atleta excepcional” y “una competidora nata”. Por su parte, Obiri afirma que su entrenador ha jugado un papel clave a la hora de pulir su potencial como deportista de talla mundial. 

“La experiencia de Dathan me ayudó a darme cuenta de que podía llegar más lejos, yo no tenía ni idea. Él me enseña a recuperarme, a comer bien y a ir al fisioterapeuta cuando lo necesito” afirma. 

“Me avisa cuando tengo que bajar el ritmo y cuando debo tomármelo con más calma. Los mejores atletas siguen los consejos de su entrenador, siguen sus pautas”.

Las pautas de Ritzenhein incluyen un ambicioso aumento de la distancia semanal de 120 a 200 km. Aunque 200 km semanales de entrenamiento no se salen de lo normal para atletas profesionales, para Obiri supuso un salto de gigante: fue pasar del esfuerzo centrado en la velocidad a un enfoque dirigido a la resistencia.

“Al principio, me quejaba de que el entrenamiento para el maratón era demasiado duro. No lograba acostumbrarme a correr distancias tan grandes —nos cuenta—. Pero todo consiste en prepararte mentalmente. Entonces me pregunté si me sería posible volver a correr en la pista. Y mi respuesta fue clara: ‘No, tengo que seguir entrenando para el maratón’”.

“Los mejores atletas siguen los consejos de su entrenador, siguen sus pautas”.

Además del programa de Ritzenhein, Obiri sigue los consejos de su voz interior, que es una fuente constante de motivación para seguir adelante. “Durante la carrera, las piernas me dicen que están cansadas, pero no las escucho. Me digo a mí misma que tengo que seguir, que soy una ganadora y no puedo renunciar a esta oportunidad. Le pido a mi cuerpo que me deje seguir a lo mío. El trabajo mental quizá contribuya más de un cincuenta por ciento al resultado de mi esfuerzo”. 

A pesar de sus muchas medallas, Obiri no vive solo para la competición. El deporte pasa a un segundo plano cuando pasa tiempo con su hija: “Cuando juego con Tania, no pienso en correr. Hace que me olvide del entrenamiento”.

Cuenta también con el apoyo de un grupo de amigos más amplio. Mantiene un vínculo “sólido y positivo” con sus compañeros del OAC, a los que considera como miembros de su familia. 

“Hellen hace bien las cosas, siempre tiene una actitud positiva. Es una atleta fabulosa y es evidente que tiene una larga trayectoria como profesional”, afirma Kelsey Quinn, entrenadora auxiliar del OAC. La experiencia de Hellen tiene un efecto positivo en todo el equipo. Alicia Monson, plusmarquista estadounidense de larga distancia, alude a Obiri como “una compañera de la que es emocionante aprender”. 

Antes de instalarse en Colorado, cuando Obiri llegó a Boulder en 2022, la corredora italiana de media distancia Sinta Vissa era su compañera de piso. “Compartí casa con Sinta durante dos meses, ahora es una buena amiga. El equipo es fundamental en el deporte, al igual que la amistad”. Vissa, a su vez, considera que Obiri es “su modelo a seguir” y su “fuente de inspiración”.

Además de Vissa, Obiri menciona también al fondista estadounidense del OAC Joe Klecker, que siempre la motiva a seguir adelante. “Con Joe se pueden hacer muchísimos kilómetros. Siempre me anima a no rendirme, es fabuloso entrenar con él”.

“El equipo es fundamental en el deporte, al igual que la amistad”.

En abril, Athletics Kenya anunció que Obiri formará parte de su equipo olímpico de maratón para los Juegos de 2024. Ella es consciente de que, siempre que goce de buena salud y no sufra lesiones, la Olimpiada supone una oportunidad de oro que se ajusta perfectamente a sus capacidades.

Para otros atletas esto supondría un motivo de estrés, pero Obiri se lo toma con filosofía: “Cuando compites, es imprescindible la concentración para poder hacer frente a cualquier imprevisto. No puedo permitirme ir con miedo”. 

La ruta consiste en un circuito de 42,2 km que une París con Versalles y atraviesa nueve distritos de la capital gala. Tendrá lugar el 11 de agosto de 2024, el último día de la competición y horas antes de la ceremonia de clausura.

Obiri señala que el relieve escarpado del recorrido podría presentar dificultades, aunque quizás menos para ella que para otras competidoras. Se trata de un terreno exigente con un desnivel positivo de 436 metros, muy similar a las difíciles pendientes de Boston y Nueva York a las que ya está acostumbrada.

“Para ir a París no voy a cambiar nada. Voy a seguir entrenando de la misma manera. Es lo que hicimos antes de Boston y antes de Nueva York, mantener el programa tal y como está”.

Esta primavera, Obiri volverá a correr en Boston: “Soy la campeona, tengo que defender mi título”.

 “Este año \[2024] será un gran año para mí —sonríe—. Quiero mejorar mis medallas. Ese es mi sueño ahora, mi mayor sueño”. 

Para Hellen Obiri es así de sencillo. Y así de arduo.