

Presentamos Patorun, una organización comunitaria que ayuda a hacer más seguras las calles de Japón.
En enero de 2013, en Munakata, al sur de Japón, cuatro estudiantes universitarios se unieron para proteger a su comunidad. Un año antes, una amiga suya había sido víctima de una agresión en una estación de tren cercana, y el grupo había sido testigo de primera mano de lo devastadora que puede ser una situación así. Con el deseo de ayudar a prevenir incidentes de este tipo en el futuro, estos amigos empezaron a patrullar a pie las calles de Fukuoka junto con otros voluntarios. En la mayoría de los casos salían al anochecer, creando una presencia visible y tranquilizadora que proporcionaba seguridad a las personas que salían solas por la noche.
Entonces, se les ocurrió la genial idea: ¿y si creaban un club de running en el que los participantes no solo disfrutaran haciendo ejercicio juntos, sino que aumentaran también la seguridad del vecindario mientras corrían? Poco después nació Patorun. En esta conmovedora entrevista, el director representante de la organización, Yuhei Tachibana, comparte su extraordinaria historia.
Todo empezó cuando me fijé en un grupo de gente corriendo. De ahí surgió la idea de Patorun. En aquel momento ya operábamos patrullas a pie, pero era difícil mantener motivados a nuestros voluntarios. El club de running no solo aporta seguridad a nuestras calles, sino que enriquece la vida de quienes participan. La gente descubre que puede jugar un papel dentro de la comunidad, lo que también contribuye a su propio bienestar.
Patorun se ha convertido en un punto de conexión entre la población local y la sociedad a través del running. Creemos que esta conexión es importante para el futuro, todos debemos interesarnos más por lo que ocurre a nuestro alrededor.
Nuestro papel es ayudar a la gente: aumentamos la seguridad y prevenimos accidentes al observar nuestro entorno, desde una perspectiva comunitaria. Además de prevenir agresiones, los miembros de Patorun han ayudado a localizar a personas desaparecidas. A veces, hay personas mayores o con demencia que se pierden. Con frecuencia, los familiares nos agradecen nuestro trabajo e incluso hemos sido condecorados por la policía local. Contribuir a resolver estos problemas es uno de los grandes logros de Patorun.
Contamos ahora mismo con unos 3000 miembros en todo Japón. Proceden de entornos muy diversos y tienen edades muy variadas, desde la escuela primaria hasta los 80 años. La mayoría tiene entre 40 y 50 años y alrededor del 60% son runners. Se trata de personas motivadas que quieren probar algo nuevo.
Empezamos en Fukuoka, pero ahora Patorun tiene miembros activos en 44 prefecturas de todo Japón. Muchas de estas personas valoran mucho lo que hacemos y quieren aportar algo, quizá por su propia salud, para eliminar la delincuencia y ayudar a la sociedad, o simplemente para conectar con los demás. Creo que la clave del éxito constante de Patorun es que nos divertimos.
Para participar en una de nuestras carreras, primero hay que hacerse miembro de Patorun. Nos damos a conocer a través de los medios de comunicación, como los periódicos locales y las redes sociales. Hacemos un gran esfuerzo por publicitarnos para que la gente nos conozca. También ofrecemos un programa Member+, que permite apoyar nuestro trabajo a través de donaciones. Actualmente, hay unos treinta miembros que ofrecen contribuciones de esta forma. También hemos establecido un programa de colaboraciones para invitar a empresas locales a participar en las actividades de Patorun.
Para algunas mujeres, Patorun aumenta su sensación de seguridad. También nos acompañan en las carreras personas con alguna enfermedad o discapacidad. Nuestras actividades proporcionan mayor seguridad a los más pequeños también. Como en la cultura japonesa es habitual ir andando a la escuela, las zonas cercanas a los colegios pueden ser escenario de delitos o accidentes. Hemos ayudado a garantizar la seguridad de los niños sugiriendo rutas escolares más seguras a los gobiernos locales.
En enero de 2023, cumplimos diez años desde que empezamos. Para conmemorar este logro, tuvimos una celebración. Fue increíble ver reunidos a miembros de todo el país que aprecian el valor de Patorun. Me sentí muy feliz de haber continuado con este proyecto. Este año esperamos difundir el mensaje de nuestro trabajo. Quizá la visión de Patorun, a pesar de tener su origen en Japón, pueda compartirse en todo el mundo.
Gracias al apoyo de Right To Run, Patorun recibe fondos para ampliar sus servicios, por ejemplo, suministrando estands en eventos de running y ofreciendo descuentos a sus miembros. Para más información, visita Patorun.