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Es así de simple: si quieres brillar en la pista, es imprescindible que domines el drive. Sigue estos consejos del tenista Flavio Cobolli y prepárate para subir el listón.
Todo empezó con un swing. En el Mubadala Citi DC Open de 2024, dos jugadores de On se vieron las caras en las semifinales: Flavio Cobolli contra Ben Shelton, segundo en el ránking y con uno de los servicios más potentes del circuito. Con los saques explosivos de Ben marcando el ritmo del partido, Flavio necesitaba algo más que buenos reflejos para no quedarse fuera del torneo.
¿Qué hizo? Tomar las riendas con una derecha precisa y perfectamente sincronizada. Encontrar el equilibrio entre técnica, potencia y puntería ayudó a Flavio a neutralizar el servicio de Ben y a resistir bien en los peloteos. El resultado fue una plaza en la final.
Si eres principiante en el mundo del tenis, es poco probable que tengas de devolver un saque de 240 km/h en un futuro próximo, pero la lección sigue siendo aplicable: un golpe de derecha sólido te ayuda a jugar con más confianza. En esta guía, te explicamos los pasos para ejecutar un drive fluido y efectivo como el de los pros. Antes de que te des cuenta, se convertirá en un acto reflejo.
“El golpe de derecha es el más fácil de aprender, pero tiene su dificultad si no has jugado nunca al tenis”, asegura Flavio. La manera en que empuñes la raqueta va a ser determinante en el control, la potencia y el efecto que le imprimas a la bola. Una vez que encuentres el agarre que mejor se adapte a ti, serás capaz de ejecutar el drive con toda naturalidad.
- Empuñadura este (o Eastern): Flavio recomienda esta empuñadura para principiantes porque equilibra potencia y control. Sujeta la raqueta como si dieras un apretón de manos para golpear plano y con impulso hacia delante. La ventaja es que es fácil de aprender. ¿El inconveniente? Que no genera el efecto liftado con tanta eficacia como otras empuñaduras más avanzadas.
- Empuñadura continental: este agarre clásico es más eficaz para saques, voleas y golpes cortados. Coloca la base de la falange del dedo índice en la segunda cara o bisel del mango, como si estuvieras agarrando un martillo. Aunque es bastante versátil, esta empuñadura es menos común en los tenistas actuales, ya que no genera el efecto liftado que exige el estilo dinámico de hoy en día.
-Empuñadura semioeste (o semi-Western): sin duda, una de las favoritas en la actualidad. Coloca la base de la falange del dedo índice en la cuarta cara, con la mano ligeramente bajo el mango. Si quieres añadir un efecto liftado a tus golpes, con esta empuñadura lo harás de manera natural. Es ideal para que la bola no se quede en la red y para prolongar el peloteo. Resulta especialmente eficaz en pistas duras y de tierra batida.
- Empuñadura oeste (o Western): imprescindible si buscas máximo efecto liftado. Coloca la base de la falange del dedo índice en la quinta cara, con la mano prácticamente bajo el mango. Esta empuñadura es perfecta para tenistas que juegan en la línea de fondo y priorizan los golpes altos con efecto.
Tu empuñadura debería ajustarse a tu estilo de juego. Los jugadores y jugadoras que golpean plano, suelen preferir la este, mientras que quienes confían en darle efecto a las bolas, normalmente optan por la semioeste o la oeste. Prueba varias hasta encontrar la que te vaya bien.
Una postura sólida y equilibrada suma control y potencia a tu drive. Sigue leyendo para averiguar cómo dominar esta postura.
Empieza en una posición atlética: coloca los pies separados a la anchura de los hombros, las rodillas ligeramente flexionadas y el peso en los metatarsos del pie. Ya estás a punto para lanzarte a por la bola.
Haz un split-step o paso de ajuste: da un salto pequeño pero muy controlado justo antes de que tu oponente golpee la pelota. Este sutil movimiento afianza tu equilibrio para que te muevas rápidamente en cualquier dirección.
Ajusta tu postura cuando salgas a por la bola: la mayoría de los y las tenistas se colocan en posición abierta (con los pies paralelos a la línea de fondo) para recuperar más rápido; o en posición neutra (de perfil, con el pie delantero perpendicular a la red) para reforzar la estabilidad.
Transfiere el peso para maximizar la potencia: en una posición neutra, empieza con el peso en el pie trasero y propúlsate hacia delante. Si estás en una posición abierta, rota las caderas y los hombros para golpear la bola.
Mantén el centro de gravedad bajo: flexiona las rodillas para distribuir el peso y mejorar el equilibrio y la potencia. Cuando te incorpores, nunca lo hagas del todo, ya que esa rigidez puede ralentizar tu tiempo de reacción.
Empieza a armar el brazo pronto para lograr un golpe fluido y explosivo. Imagina que estás estirando un tirachinas: cuanto mejor te prepares, más certero será el tiro.
Gira los hombros y las caderas: no inicies el movimiento con el brazo. En cuanto veas venir la pelota, rota los hombros y las caderas hacia un lado.
Lleva la raqueta hacia atrás: usa tu mano no dominante para guiar la raqueta y transferir estabilidad al golpe. Asegúrate de que el codo no esté rígido, mejor si lo dejas ligeramente flexionado.
Busca un movimiento compacto y controlado: trata de equilibrar la potencia con un backswing que no sea ni muy largo ni muy corto para no ralentizar el golpe. Mantén la cabeza de la raqueta por debajo de los hombros y ligeramente inclinada para seguir el golpe hacia delante.
Un backswing tiene que resultar natural y cómodo, no forzado. Cuanto mejor te prepares, más precisos y potentes serán tus golpes.
Si te adelantas con la derecha, pierdes el control. Si te retrasas, te falta potencia. Pero cuando clavas el gesto, la aceleración se vuelve fluida y perfectamente sincronizada.
Inicio del golpe: una vez completado el backswing, empieza despacio y acelera gradualmente hasta hacer contacto con la bola. La potencia de tu gesto de golpeo o swing viene de las piernas y el tronco, no solo del brazo.
Rotación del brazo: Cuando ejecutas el swing hacia adelante, tu mano rota de manera natural, haciendo que la palma se gire hacia afuera al final. Esta pronación confiere un efecto liftado y evita que la pelota se vaya demasiado lejos.
Punto de contacto: en la mayoría de los casos, tienes que golpear la bola delante del cuerpo y ligeramente hacia un lado, idealmente a la altura de la cadera. Si la tocas antes de tiempo o demasiado tarde, perderás explosividad y el ángulo correcto.
Termina el movimiento: tras el impacto, deja que el gesto continúe su movimiento natural cruzando el cuerpo. En los golpes de derecha con efecto liftado, la raqueta debe acabar a la altura del hombro, incluso del hombro opuesto.
La mejor manera de visualizarlo es como una reacción en cadena: cada movimiento del swing fluye hacia el siguiente. Una vez que controles la sincronización, la rotación de la mano y la aceleración, podrás presumir de tiros sólidos y consistentes.
Acabar bien el drive es tan importante como ejecutar correctamente el swing. El movimiento de terminación o follow-through debe ser fluido para maximizar la consistencia y el control, pero también porque te prepara mejor para el próximo golpe. Mantén el core activado, los pies firmes en el suelo —pero no tensos— y no te inclines demasiado hacia delante ni hacia atrás.
Cargar el peso del cuerpo en los metatarsos te ayuda a recuperar la posición más deprisa, mientras que moverte con pasos cortos y rápidos te prepara para salir corriendo en cualquier dirección cuando te devuelvan la bola. Piensa en el drive como un ciclo completo: golpear, terminar y volver a la posición de espera. Cuanto mejor termines el drive, más a punto estarás para recibir la siguiente pelota.
Ni siquiera las estrellas del tenis se libran de cometer errores. A continuación te explicamos algunos de los más frecuentes en la ejecución del golpe de derecha y cómo corregirlos:
- Golpear la bola demasiado pronto o demasiado tarde: en el primer caso, la cabeza de la raqueta habrá empezado a girar hacia abajo y el tiro saldrá sin fuerza. Por el contrario, hacerlo demasiado tarde provoca que la cabeza de la raqueta se oriente hacia arriba y el tiro se desvíe. Céntrate en seguir la trayectoria de la bola y establecer un punto de contacto sólido delante de tu cuerpo. Lo mejor para controlar la sincronización es practicar con alguien o con una máquina lanzapelotas.
- Usar demasiado la muñeca o el brazo: confiar en exceso en el movimiento de la muñeca o el brazo lleva a golpes inconsistentes y puede ocasionar lesiones. Tu swing tendrá más fuerza y potencia si utilizas grupos musculares más grandes. La muñeca debe estar firme pero relajada para que rote de manera natural, y no con un movimiento brusco. Deja que la explosividad salga de las piernas y el tronco; visualiza tu cuerpo como un resorte que se va desenroscando gradualmente hasta el momento del contacto.
- Un juego de pies impreciso: apoyar toda la planta del pie o no adaptar su posición en función de la situación hace más difícil llegar a la bola y desequilibra los golpes. Hacer ejercicios para mejorar el juego de pies se traduce en una mejor postura y una rápida capacidad de adaptación. Muévete con pasos cortos y rápidos siguiendo la trayectoria de la pelota.
Dominar el golpe de derecha es fundamental para progresar como tenista. Una vez que lo hagas, podrás perfeccionar el saque, afinar el revés y trabajar la fortaleza mental para brillar en cada partido con un juego ágil y equilibrado.