

El australiano Craig Mottram, entrenador del OAC Oceania, tetracampeón olímpico y excampeón del mundo, está dando paso a una nueva generación de deportistas de élite en su tierra natal.
Texto de Laura Markwardt. Fotografía de On.
“Un momento, por favor”, dice Craig Mottram en mitad de nuestra llamada. “Tengo que ver esto, dame dos minutos”. Como entrenador del On Athletics Club (OAC) Oceania, nunca se pierde una carrera.
Mottram se encuentra en Melbourne (Australia), sede del equipo y base de los entrenamientos. A unos 853 km de allí, en Bankstown (Sídney), algunos de los mejores corredores de media distancia del país se dan cita en la NSW Milers con el objetivo de clasificarse para los Juegos Olímpicos en la prueba de 1500 m. La mínima masculina (33:50:50) está al alcance, y todas las miradas están puestas en el cronómetro.
“Varios de nuestros atletas compiten hoy, y uno de ellos ha ido a probar suerte”, comenta refiriéndose al atleta del OAC Oceania y antiguo jugador de la UNC, Jesse Hunt, que además cuenta con la distinción All-America.
Mottram acerca un teléfono parpadeante a la pantalla, alternando la vista entre el móvil y el portátil: “Lo tengo aquí para seguirlo en directo”. Hunt toma posición.
Son las 10:39 en Londres, las 21:39 en Melbourne y, en cuanto suena el pistoletazo de salida, empieza el espectáculo en Sídney.
Mottram no para de gritar. “¡Tienes a tres por delante!” Los atletas se recortan distancias cuando solo faltan 100 metros para la meta. “¡Menudo carrerón!”.
Jesse Hunt queda segundo por muy poco. Ha conseguido entrar en el club de los 3:33 en una carrera que ha estado plagada de nuevas marcas personales en 1500 m. Hay gente muy buena en esta distancia y 11 atletas bajan de 3:39.
“Jesse ha quedado segundo (3:33 es la mínima, ¡mierda!), me da que se ha quedado a dos décimas de la mínima”, dice Mottram. La marca de Hunt es de 3:33:64.
Mottram vuelve a mirar el reloj y se toma su tiempo. “Es genial ver cómo Jesse se supera a sí mismo, pero mira que no clasificarse por esto...”, y levanta el pulgar y el dedo índice sin separarlos apenas. “Ahora mismo me gustaría estar con él en la zona de enfriamiento. Seguramente esté satisfecho y eso está genial, pero también cabreado porque tiene que volver a intentarlo”.
En ese momento, la distancia entre Melbourne y Sídney pesa especialmente. “Siento mucho no poder estar ahí, pero es lo que hay”, dice Mottram. “Ser entrenador es un trabajo que exige dedicación plena, pero con 11 atletas que corren en distintos lugares uno no puede estar en todas partes a la vez, ¿no?”.
Es una pregunta retórica: ambos sabemos que solo hay un Craig ‘Buster’ Mottram. El exatleta olímpico –bronce en 5000 m en el Mundial de 2005, plata en los Juegos de la Commonwealth de 2006 y dos oros en 3000 m en la Copa del Mundo– siempre ha estado muy solicitado.
En 2022, Mottram asumió su mayor reto hasta la fecha: hacerse cargo del programa OAC Oceania para ayudar a las nuevas generaciones de corredores de élite australianos a alcanzar todo su potencial en la escena mundial. En febrero de 2023, el equipo comenzó su andadura oficial con cinco atletas, entre los que se encontraban el campeón olímpico Ben Buckingham (“es fantástico, el estadista del grupo”) y la estrella adolescente de la pista Claudia Hollingsworth, la primera atleta en fichar por el equipo con tan solo 16 años y a la que “le espera un futuro brillante”.
“Nuestro objetivo final es crear el mejor equipo de corredores profesionales del planeta y formar parte del ecosistema que OAC está creando a nivel mundial”, señala.
Mottram hizo hincapié en contar con unas instalaciones de entrenamiento de primer nivel desde el día uno, y eso les permitió a los atletas ver, sentir y creer en las aspiraciones de OAC Oceania desde sus cimientos, literalmente.
Craig Mottram, Jesse Hunt
Claudia Hollingsworth
“Cuando asumí este cargo, lo primero que hicimos fue construir el gimnasio, nuestra sede aquí en Richmond, Melbourne”, comenta. “Con esta base, podemos hablar de tú a tú con las personas adecuadas, ya que les permite hacerse una idea inmediata tanto de lo que estamos haciendo como de la escala de lo que estamos tratando de hacer a largo plazo”.
Conseguir fichar a las “personas adecuadas” para el equipo OAC Oceania supone “un reto apasionante”. Trayectorias fulgurantes aparte, Mottram busca algo más que un potencial deportivo espectacular: “Sí, siempre tienes en cuenta lo rápido que corren y en qué posiciones acaban sus carreras, pero conocerlos en persona te permite hacerte una idea de su personalidad y de lo motivados que están; sigues tu instinto basándote en lo que crees que pueden aportar al equipo”.
La velocidad en pista de cada una de las promesas de OAC Oceania cuenta su propia historia. Apenas unas semanas después de la carrera de Hunt \[febrero de 2023], Hollingsworth y la “increíblemente talentosa” Bendere Oboya desplegaron todo su poderío en la Canberra Track Classic. Ambas superaron la marca olímpica para 800 m \[1:58.81 y 1:59.01, respectivamente], y Hollingsworth, incluso, pasó a ocupar el tercer puesto en la lista de las más rápidas de la historia de Australia en esa distancia.
El trabajo duro, una recuperación integral y esa química indescriptible entre atleta y entrenador es lo que permite ir arañando fracciones de segundo. Un ejemplo: Jesse Hunt salió de la Universidad de Carolina del Norte con una marca de 3:37 en 1500 m. Desde que se mudó a Melbourne, ha conseguido bajarla a 3:33. “Mudarme a Melbourne y entrenar con Craig ha sido clave para que todo el trabajo realizado en los últimos cinco años diera su fruto”, confiesa Hunt a los presentadores del pódcast Inside Running. “Confío plenamente en Craig, en su experiencia y en su capacidad”.
Hunt también atribuye la mejora de su forma física a los entrenamientos en altura con OAC Oceania en Falls Creek, en el extremo noreste del estado de Victoria \[a 1600 m sobre el nivel del mar]. Falls Creek es “uno de mis lugares favoritos del mundo para entrenar”, dice Mottram.
De izquierda a derecha: Maudie Skyring, Ben Buckingham, Claudia Hollingsworth, Craig Mottram, Tess Kirsopp-Cole
Otros de los atletas del OAC Oceania que se están beneficiando de un entorno que propicia grandes volúmenes y tiempos rápidos son el campeón olímpico en 3000 m obstáculos Ed Trippas (“uno de los mejores corredores de esta categoría del país”), el corredor de 5000 m Zach Facioni, la corredora de media distancia Maudie Skyring, Imogen Barrett, Tess Kirsopp-Cole y el flamante nuevo fichaje Peyton Craig, que batió el récord australiano sub-20 en 800 m en enero de 2024.
“Peyton tiene más o menos la misma edad que Claudia y, como ella, es todo un portento”, apunta Mottram. Cuando la fuerza de los dos se combina en pruebas tan competitivas como son la media distancia, es comparable a “un monstruo de dos cabezas”. Contar con ellos en OAC Oceania “en los años previos a la temporada de 2028 y, por supuesto en 2024, es algo realmente apasionante”.
La firme convicción de Mottram de que OAC Oceania acabará dominando el mundo es contagiosa, y nace de una intuición basada en décadas de experiencia, de entrenamiento y de competir con los mejores.
En EE. UU., OAC Global entrena bajo la dirección de Dathan Ritzenhein (tres veces campeón olímpico) y su asistente, Kelsey Quinn. El equipo, establecido en Colorado, aporta una influyente hoja de ruta de lo que puede conseguirse con talento, unos planes de entrenamiento personalizados y convicción.
Como atletas de élite en el punto álgido de sus carreras deportivas, Ritzenhein y Mottram compitieron entre sí en su día. Ritzenhein ha descrito a Mottram en alguna ocasión como “un corredor muy fuerte a nivel mental… y un oponente formidable”. Hoy, como entrenadores de OAC, se han convertido en colegas.
“Dathan y yo nos hemos enfrentado en grandes carreras y competiciones”, dice Mottram. “La verdad es que ha hecho un trabajo impecable con el equipo de OAC en EE. UU. Ya nos teníamos muchísimo respeto durante nuestra etapa como corredores profesionales, pero ahora todavía más; nos ha apoyado mucho con lo que estamos haciendo aquí”.
Como el “oponente formidable” que fue en su día, ¿cómo influye la carrera deportiva de Mottram en el estilo de entrenador que es ahora? “Creo firmemente que, en los entrenamientos, siempre recoges lo que siembras: si estás dispuesto a trabajar, obtienes buenos resultados. A la hora de competir, en cambio, no hay espacio para la cortesía o la deferencia. En absoluto”, dice Mottram. “Tienes que salir ahí y hacer todo lo que esté en tu mano”.
Seguramente no le sorprenda a nadie, pero los años formativos de Mottram estuvieron marcados por una rebeldía y confianza innata en sus propias capacidades: “Siempre tuve el convencimiento de que, si quería correr, podía hacerlo. Cuando no me iba bien en los estudios, les decía a mis padres: ‘No os preocupéis, si yo voy a ir a los Juegos Olímpicos’. Siempre me ponían los ojos en blanco”, bromea.
Craig Mottram con Bendere Oboya
OAC Oceania durante un entrenamiento
Por encima de todo, Mottram deja claro que, aunque correr sea solo un verbo, competir es todo un arte. No se dedica a esto para andarse por las ramas, sino para analizar a fondo el oficio. “Si solo te centras en correr, te olvidas del arte de competir”, explica.
“Consiste en saber cómo posicionarte bien y en correr de forma estratégica para colocarte en la posición más adecuada al final. Es todo un arte que solo se puede llegar a dominar mediante la repetición y la experiencia. Unas zapatillas excepcionales, las señales lumínicas y los datos científicos ayudan, claro, pero el arte no reside en eso.
“Se alcanza mediante la experiencia, la relajación, la concentración y la confianza”, prosigue Mottram. “No entrar en pánico y esperar a que llegue la oportunidad adecuada: los atletas tranquilos que saben cómo lograrlo son los que más me gustan. Siempre confío en que van a conseguir sus mejores marcas, pase lo que pase”.
Mottram se deja la piel en cada resultado a todos los niveles: “Lo vivo tanto como los propios atletas”, dice. “Cuando ellos corren, yo me pongo igual de nervioso. Piensa que tengo que pasar por eso 11 veces en cada carrera; ellos solo tienen que hacerlo una”, bromea. “¡La verdad es que a ellos les ha tocado el trabajo más fácil!”.
Cada una de esas competiciones es la oportunidad de poner en práctica el “arte” de Mottram, y todas acercan un poco más el OAC Oceania a las citas clave de 2024, 2028 y, a la larga, a Brisbane en 2032: “Este equipo tiene que sobrevivirme”, apunta.
Un consejo que seguro que lleva al OAC Oceania muy lejos: “Respeta la competición”, dice Mottram. “Todo se reduce a la competición”. Mottram vive por y para eso... y siempre encuentra la forma de estar presente de un modo u otro en cada carrera.