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Karel Sabbe en Barkley: a la tercera va la vencida

En un calendario repleto de carreras casi idénticas, los 160 kilómetros de The Barkley Marathons, por un circuito campo a través, son un desafío solo apto para los atletas más fieros. Y Karel Sabbe es uno de ellos.

Texto de Micah Ling. Fotografía de David Miller.

“Puedo confirmar que The Barkley Marathons es la carrera de trail más dura que existe”. Así de tajante es el belga Karel Sabbe, ultrarunner y atleta de On. 

En marzo de 2023, Sabbe fue uno de los tres finishers que completaron el recorrido. En aquel momento lo convirtió en el decimoséptimo de la historia en terminar esta legendaria carrera desde que empezara, allá por 1986. Y es que completar su recorrido en bucle —por llamarlo de algún modo, porque la realidad es que no está marcado— dentro de un tiempo de corte de 60 horas, es considerada una misión (casi) imposible. [En marzo de 2024, el número de personas que terminaron la carrera subió a 20].

The Barkley Marathons es una carrera estadounidense de ultratrail que infunde miedo y veneración a partes iguales y que se celebra todas las primaveras en Frozen Head State Park, Tennessee. Empezó como un circuito de 80 kilómetros, pero la distancia se amplió a 160 en 1989. El recorrido puede cambiar en cada edición y, aunque se describe como un circuito de unos 32 kilómetros que se debe completar cinco veces, siempre se acaba haciendo alguno más.

“La historia de The Barkley Marathons es muy conocida. Y por eso hay tanta gente obsesionada con esta carrera”, explica Sabbe. Tanto para los atletas más consumados como para los fans más incondicionales, The Barkley Marathons despierta una obsesión de lo más singular, a pesar de que la mayoría de quienes participan no llega a completarla. 

El recorrido cuenta con 16 500 m de desnivel acumulado, es decir, la suma del positivo y el negativo. Además, el tiempo es muy cambiante y la lluvia, el barro, la niebla y las temperaturas bajo cero siempre hacen acto de presencia. ¿Quién podría resistirse a estos encantos? 

El fundador de Barkley es Gary “Lazarus Lake” Cantrell, uno de los personajes más emblemáticos del ultrarunning. Antes de la popularización de los ultramaratones, Cantrell se dedicaba a unir mapas de las rutas del suministro eléctrico y las corría por diversión. Pero escuchó la historia de la fuga de James Earl Ray en 1977, el asesino convicto de Martin Luther King Jr, del centro penitenciario Brushy Mountain y, formando equipo con Karl "Raw Dog" Henn, diseñaron juntos el circuito de Barkleys.

 “La historia de The Barkley Marathons es muy conocida. Y por eso hay tanta gente obsesionada con esta carrera”.

Cuando Ray fue capturado 54 horas después de su huida, solo estaba a 19 km de la prisión. A Cantrell no le salían las cuentas: en ese tiempo, Ray debería haber recorrido al menos 160 kilómetros. Le fascinó la idea de que un terreno fuera tan accidentado que ni un preso en plena ansia de huir hubiera sido capaz de avanzar más rápido. Y así surgió la idea para la carrera. A día de hoy, el recorrido siempre incluye un tramo que pasa por la penitenciaría, o cerca de ella, aunque ya no esté en uso.

Denominar a la Barkley “circuito” en el sentido tradicional no es, precisamente, hacer honor a la verdad. El itinerario no está marcado, no se corre por senderos, no hay puntos de avituallamiento y está prohibido usar dispositivos electrónicos o GPS. 

Solo pueden correr 35 participantes, y estar entre los seleccionados ya es un heroicidad en sí misma. Para presentar tu candidatura, tienes que escribir un ensayo explicando por qué te mereces participar y pagar una cuota de inscripción de 1,60 $. Aparte de eso, solo hay un gasto adicional para quienes participan: obsequiar a Cantrell con lo que decida que necesita ese año, que suele ser una camisa de cuadros o calcetines nuevos. 

En esta carrera, nada es predecible. Así que no es de extrañar que en las casi tres décadas que se lleva celebrando la versión de 160 kilómetros, Sabbe sea solo el decimoséptimo finisher. 

“Durante la carrera me pasan muchas cosas por la cabeza y pienso en qué puedo hacer para terminarla. Es una prueba única y las historias que genera, tan desafiantes como admirables, inspiran a mucha gente”, explica Sabbe.

Estar entre las personas seleccionadas es una heroicidad en sí misma.

En la Barkleys de 2023, Sabbe logró una especie de doble triunfo: no solo la completó, sino que, además, lo hizo in extremis, llevándose así el título de “finisher más lento”. El máximo son 60 horas, y su crono fue 59:53:33. 

Su motivación para correr The Barkley Marathons fue la curiosidad. Sabbe ya había batido los récords de velocidad del Pacific Crest Trail (PCT) en 2016 y de nuevo en 2023, y del Appalachian Trail en 2018. La Barkley era una candidata atípica para su siguiente reto: “Me pareció que se ajustaba muy bien al tipo de aventuras que estaba buscando”, asegura.

“Tiene el atractivo de las carreras donde se puede lograr un FKT (tiempo más rápido conocido), pero está condensada en 60 horas. Presenta el mismo tipo de dificultades y tienes que poder sobrepasar tus límites. Además, sabía que corredores con varios FKT en su haber salían bastante bien parados en esta carrera”.

En lugar de enviar una nota de felicitación a los candidatos seleccionados, Cantrell manda una carta dándoles el pésame. “Algunos de los colegas que habían intentado lograr un FKT en la Pacific Crest Trail me ayudaron con el ensayo y con el proceso de inscripción. Les estoy muy agradecido”. Sabbe recibió las condolencias de Cantrell por correo seis semanas antes de la edición de 2023. 

En la jerga local, a los debutantes en la Barkley se les conoce como “los vírgenes”. Si logras hacer una carrera decente en tu primer intento, es fácil que te vuelvan a seleccionar. Por suerte, Sabbe fue elegido por tercera vez, tras batir el récord del “last man standing” (básicamente, el último en tirar la toalla) en 2019 y 2022, años en que no hubo ningún finisher. 

A Sabbe le gustó la atmósfera de la carrera: “El acceso está muy limitado, y hay pocos periodistas. Además, nadie puede entrar en el circuito. El ambiente me pareció interesante y acogedor, y la gente, encantadora. Me sentí como en casa desde el principio”.

No existe una fórmula milagrosa para que te seleccionen, pero tener unos cuantos FKT y haber hecho carreras de ultradistancia ayuda bastante. “Gary quiere gente que pueda acabar la carrera. Sabe que muchos de los finishers han batido los récords del PCT o el Colorado Trail. Viendo mi trayectoria, sabía que yo era uno de esos atletas que tenía posibilidades y, además, conectamos desde el minuto uno”. 

La carrera puede comenzar en cualquier momento dentro de un plazo de 24 horas. Los participantes llegan al campo base y esperan pacientemente. Cuando Cantrell hace sonar una caracola, los runners tienen una hora para presentarse en la línea de salida. El pistoletazo de la Barkley es un ceremonioso cigarrillo: en cuanto Cantrell lo enciende, la carrera puede dar comienzo. A veces, la caracola suena a las 2 de la mañana. Otras, a las 12 del mediodía. 

En 2023, la salida fue sobre las 10 de la mañana. “La noche antes, no dormí nada bien —explica Sabbe—, así que cuando llegué al final de la carrera, llevaba despierto unas 70 horas”.

“Cuando llegué al final de la carrera, llevaba despierto unas 70 horas”.

Cuando Sabbe se encuentra sumido en el profundo pozo de su dolor, debe seguir luchando por sobrevivir y correr de manera eficiente, y ahí es donde entra en juego su actitud.

“Cuando llevas ocho horas corriendo a oscuras y todavía falta mucho para que se haga de día, sí pienso en lo incómodo de la situación, pero estás tan centrado que no es una sensación de miedo. Probablemente, quienes practican la escalada en solo integral sientan algo parecido. Saben que lo que están haciendo es peligroso, pero su nivel de concentración es tan alto que no piensan en que les pueda pasar algo. Lo mismo me pasa a mí. Lo que pienso es ‘tranquilo, que todo va a salir bien’”.

Si a un circuito de por sí accidentado le añadimos una meteorología desfavorable y la falta de sueño, la cosa se puede poner... interesante. Pero la estrategia de Sabbe consiste en dormir solo unos minutos, y nunca cuando cree que podría llegar a relajarse del todo. “No duermo en el campo base. Estaría demasiado cómodo y supondría una pérdida de tiempo. Además, cada vez que paso por él, estoy a tope de ánimo por haber completado otra vuelta, así que tardaría en relajarme lo suficiente para quedarme dormido”.  Sabbe prefiere encontrar algún sitio durante el recorrido para acurrucarse y dormir cinco minutos, hasta que lo despierte el mal tiempo. 

En 2023, las tres primeras vueltas fueron como esperaba. “Todo salió más o menos bien, pero esto es Barkley, y aquí siempre pasa algo”. Horas más tarde, Sabbe tuvo que lidiar con los síntomas de la deshidratación, además de caerse en un río de aguas gélidas. “En esta carrera, nadie te regala nada, y lo di todo. Gracias, en parte, a mis experiencias anteriores, encontré la motivación y la fuerza que necesitaba y tiré para delante”.

Sabbe prefiere encontrar algún sitio durante el recorrido para acurrucarse y dormir cinco minutos, hasta que lo despierte el mal tiempo. 

“La quinta y última vuelta es siempre la más complicada. Llevas mucho tiempo sin dormir y estás totalmente solo. Si cuando llega la última vuelta queda más de una persona, tienen que completar el circuito en el sentido opuesto para que no se puedan ayudar. Es fácil confundirse pero, sinceramente, tuve suerte de llegar a la meta sin sufrir grandes contratiempos”.

Cuando se inscribió por tercera vez, Sabbe tenía claro que no lo iba a intentar más: esa era la última oportunidad que se daba para completar la carrera. “Fracasé dos veces, pero esas experiencias me enseñaron muchas cosas. Conseguí terminar la carrera de 2023 apenas seis minutos antes de que se acabara el tiempo —afirma—. Barkley me ha regalado mucho más de lo que esperaba la primera vez que me apunté. Estoy satisfecho de ser el finisher número 17, así que ya puedo pasar página. No siento la necesidad de volver”. 

Solo dos meses y medio después de Barkley, Sabbe se volvió a hacer con el récord de velocidad del Pacific Crest Trail: 4265 km en 46 días, 12 horas y 50 minutos. 

“El 2023 fue un año estupendo. Tuve que sacar lo mejor de mí tanto en Barkley como en el PCT. Primero logré un récord y después completé la Barkley, así que no tengo planes de correr ninguna carrera en 2024”.

Pero eso no significa que vaya a colgar las zapatillas de trail. Sabbe ya tiene la vista puesta en 2025. “Mi primer gran proyecto será correr todo el perímetro de Nueva Zelanda: más de 3200 kilómetros. El recorrido tiene una pinta increíble”.