La fórmula ganadora de la velocista olímpica Alexandra Burghardt
Para la mayoría de los atletas profesionales, el día comienza una vez que han terminado el entrenamiento. Alexandra Burghardt nos cuenta cómo ella encuentra el equilibrio.
Texto de Robert Birnbaum. Fotografía de Janosch Abel y Lea Kurth.
Paso 1: Encender la pasión
"De pequeña se me daba genial el tenis, pero donde realmente destacaba era en la pista de atletismo", recuerda Alexandra Burghardt. "Además, me encantaba ser más rápida que los chicos del colegio", añade, mientras se le escapa una simpática carcajada.
Así es cómo el sprint se convirtió en una de las primeras pasiones de una joven Alexandra; y no tardó mucho en desbancar a su competencia en los 100 metros, tanto con vallas como sin ellas. La primera vez fue en los campeonatos nacionales sub-20 y, poco después, en competiciones internacionales.
"Las experiencias que viví a los 16 años –como volar a Japón sin mis padres para acudir a competiciones– me llevaron a ser independiente demasiado pronto. Si echo la vista atrás, la verdad es que fue un regalo".
Fue mientras estudiaba empresariales y comunicación cuando la pista de atletismo pasó de ser un pasatiempo a convertirse en una profesión en potencia para Alexandra. De hecho, en cuanto se graduó, decidió dedicar toda su vida este deporte: "Se trata de un trabajo a tiempo completo. Intento dormir ocho horas y dedicar unas tres horas al entrenamiento. Aparte de eso, voy a fisioterapia, a mi quiropráctico, a rehabilitación". La lista es grande, dado que hay otras tareas que también requieren el mismo nivel de atención: sesiones de fotos, actividades con patrocinadores y "preparar la declaración de impuestos", añade, sin saber muy bien si reír o llorar.
Paso 2: Buscar el equilibrio
"No es posible llevar todo adelante", admite Alexandra. "Es necesario renunciar a algunas cosas". Las relaciones sociales pasan a un segundo plano. "He perdido la cuenta de los cumpleaños, las bodas y las fiestas que me he perdido porque tenía que entrenar o viajar a competiciones".
Para que esto funcione, es fundamental contar con un sistema de apoyo comprensivo: "Agradezco enormemente lo comprensivos que han sido mis familiares y amistades conmigo. Algún día, esta parte de mi vida llegará a su fin. Cuando llegue ese día, espero poder devolverles una parte de todo lo que ellos me han dado a mí".
Siendo una persona tan familiar, ¿alguna vez te has arrepentido de elegir la vida de atleta profesional?
"Es el precio que tengo que pagar. No obstante, la recompensa que me ofrece el deporte hace que merezca la pena. Todos esos momentos tan bonitos, todas las puertas que me ha abierto. A veces se me olvida lo maravillosa que es la vida que me ha tocado vivir gracias al deporte. Estoy viviendo mi sueño."
Paso 3: Desconectar
Desde su salto a la fama en el 2021, cuando logró un título de un campeonato nacional alemán y participó en los Juegos Olímpicos, a Alexandra le han pasado muchas cosas. Se ha mudado de Alemania a Suiza, se ha casado y también ha ganado la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Invierno del 2022 en la categoría de bobsleigh. La federación alemana de bobsleigh ha ansiado desde siempre contar con Alexandra debido a su altura y velocidad, pero ella solo pudo aceptar este cambio temporal antes de regresar a la pista tras los Juegos Olímpicos del 2021.
Podría parecer contradictorio que tantos eventos de vida importantes coincidan con su mayor éxito a nivel deportivo. Pero Alexandra lo ve de otra forma.
"Creo que el éxito solo les llega a las personas felices. Me siento feliz cuando me encuentro con mi familia, mi marido, mi perro Elli y mis amigos. Si tuviera que decirles adiós para centrarme más en el deporte, echaría en falta un elemento que me aporta una fuerza extraordinaria".
También ayuda que el nuevo hogar de Alexandra en Zúrich le ofrezca numerosas oportunidades para relajarse, particularmente en la orilla del Lago de Zúrich: "Aún estoy descubriendo la ciudad, pero en cuanto sale el sol, me encanta estar cerca del agua. Da igual donde esté, mientras sea cerca del agua".
Paso 4: No perder nunca las ganas
En el 2021, las expectativas de Alexandra cambiaron. Ya ha logrado algunos de sus grandes objetivos al asegurarse el campeonato nacional alemán en exteriores de 100 m y 200 m, así como al competir en los Juegos Olímpicos.
"Está claro que, tras algo así, una se siente más relajada; pero lo más importante es que me he dado cuenta de que aún me quedan muchos objetivos por cumplir. Tengo ganas de más".
El problema de centrarse tanto en el futuro es que puede resultar difícil echar la vista atrás y ver todos tus triunfos.
"A veces me doy cuenta de que no reflexiono lo suficiente para celebrar todo lo que he logrado hasta la fecha. Mi yo adolescente jamás hubiera imaginado que me convertiría en lo que soy hoy".
A sus 29 años, Alexandra no tiene intención alguna de echar el freno:
"Yo siempre soy una atleta, no solo cuando entreno. Optimizo cada una de las 24 horas del día para ser lo más rápida posible en esos 11 segundos \[el récord en 100 m de Alexandra es de 11,01 segundos]. Quiero hacer sprints mientras lo disfrute y mi cuerpo me lo permita. Quiero llegar al máximo de mis capacidades. Quiero poder decir que lo di absolutamente todo".
Hasta que llegue ese día, Alexandra mejorará esos 11 segundos que la separan de su próximo éxito con toda su alma y su corazón. No obstante, sabe que su vida no siempre será así.
"Tengo ganas de asumir nuevos retos cuando mi carrera llegue a su fin. Algún día me gustaría formar una familia. Me gustaría dejar de ser el foco de atención en las planificaciones de las vacaciones y que algún día pueda anteponer los planes de otras personas a los míos. Despertarme y no tener que consultar mis constantes vitales en el smartwatch".