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La excentricidad del runner: haz que tus rarezas den forma al mundo

Líderes de clubs de running de todo el mundo explican por qué es raro correr donde ellos lo hacen. Y por qué no cambiarían por nada.

Cinta en los pezones, pantalones peligrosamente cortos, geles energéticos pegajosos, proyectiles de mocos... Hay que admitir que si lo miras así el mundo del running es raro, bastante raro. Hasta que lo conviertes en parte de tu vida. Después sigue siéndolo, pero ya eres parte de él, y al poco tiempo conoces a otras personas que sienten lo mismo y te aceptan por esa rareza, no a pesar de ella. Encontrar una comunidad moviéndote, y abrazando juntos estas rarezas, es una experiencia especial que trasciende culturas, idiomas y lugares.

Desde Los Ángeles hasta Ciudad de México y Tokio, hemos preguntado a líderes de clubs de running locales qué opinan de estas rarezas, y qué hace a su comunidad especialmente peculiar.

Sindo Ingelmo – Dromo, Ciudad de México

Sindo empezó a correr con cinco amigos y pronto se convirtieron en veinte. Hoy el club de running Dromo, con sede en Ciudad de México, cuenta con más de 150 miembros a los que Sindo ayuda a ser mejores runners. Pero, por encima de todo, busca esas conexiones humanas que se crean al correr con los demás: las amistades, la felicidad y el buen rollo.

"Si hace 20 años le hablabas a alguien de un club de running, probablemente se imaginaran un club serio y oficial al que iría tu padre. Correr era para gente mayor, pero hace unos ocho años empecé a ver lo que la comunidad hacía en Instagram: los clubs de running se han convertido casi en marcas, atrayendo a una generación mucho más joven de runners. Crean comunidades y amistades, es hermoso de ver". 

"La mayoría de la gente me habla de Dromo, diciendo: Quiero unirme porque sé que todos corréis la maratón de Boston y sois rápidos". Y eso está bien, pero no creo que sea lo más importante. Una vez aquí, ven que se trata de divertirse, de reír, de tomar un café juntos después de correr, de escuchar música y hacer bromas. Vienen por las carreras, pero se quedan por el buen rollo".

Por supuesto, teníamos que preguntar: "Sindo, ¿los runners son raros?"

"Veo muchas cosas de auténticos freaks: registran cada paso que dan, cuentan las calorías y la cantidad de sueño que duermen... Hay quienes realmente tratan a sus cuerpos como máquinas, y me incluyo en este grupo, pero hay muchas cosas que hacen a los runners raros En la línea de salida puede pasar cualquier cosa: ves a gente que tiene que mear, pero no hay retretes y te piden que les cubras de la multitud, o un bote de vaselina que pasa de mano en mano para evitar rozaduras... Ese tipo de cosas".

¿Y qué tiene de raro correr en Ciudad de México?

"Ciudad de México es una locura con multitud de mentes creativas en un mismo lugar, desde directores a chefs y fotógrafos. Quiero mostrar al mundo cómo esto hace que Ciudad de México sea tan especial, pero también poner a la comunidad de runners en la misma escena. Cuando la gente nos ve \[en carreras internacionales] y nos pregunta de dónde somos, no se creen que seamos de México, y eso me motiva a seguir. Quiero volver a poner a México en el mapa del mundo del running".

Yuna Park – 080 Tokyo, Tokio

Al principio de su carrera, Yuna no entendía por qué alguien se sometía a una forma tan (aparentemente) dolorosa de hacer ejercicio solo para mejorar su tiempo en el maratón. Para intentar comprenderlo se unió al club de running 080 Tokyo.

"Poco después de unirme a 080 Tokyo, me di cuenta de que correr no es únicamente batir tu récord, sino que puedes conocer gente nueva mientras lo haces. No va solo de lo rápido o lo lejos que puedas correr, es un deporte muy social. Correr puede ser lo que tú quieras que sea".

Con el mantra de ser raros corriendo, Yuna y el club de running 080 Tokyo desafían la cultura siempre educada y respetuosa de Japón con espíritu y buen rollo.

"En la cultura japonesa no se quiere molestar a los demás, es muy educada. Pero cuando corremos por la ciudad y ponemos música en los altavoces no pensamos en ser educados y cuidar nuestros modales, sino en sacar nuestra energía y atraer a más gente para unirse a nosotros”.

"En ese momento no había ningún grupo social de running en Tokio, y cuando la gente hablaba de correr se referían a entrenar para maratones o para mejorar tiempos. Por eso decidimos crear nuestra propia cultura de running en Tokio".

Justin Shields – Venice Run Club, Los Ángeles

Hace tiempo, cuando Justin solo corría en la pista de fútbol americano, recuerda ver runners dar vueltas al campo y pensar que era algo bastante raro: "¿Por qué alguien haría esto? ¿Por qué correr largas distancias?" 

Con veinte años Justin se inscribió a la 10K Venice Christmas Run disfrazado de elfo ("la peor decisión de mi vida") y, pese a que acabó exactamente como temía, se apuntó al Maratón de Los Ángeles justo después de ello. 

¿Elfos corredores? Parece que la ciudad tiene su propia dosis de excentricidad.

“LA es única, súper ajetreada pero súper diversa. Lo bonito es que puedes encontrar cualquier ambiente en la misma ciudad: emo en la zona este, surfer al oeste, y el centro irradiando la agitada energía de los negocios neoyorquinos. Recorre Santa Mónica y sigue al sur, hasta Venice, donde todo es arte y contracultura".

Correr se convirtió en un hábito para Justin, pero un hábito solitario. Fue en medio del malestar público tras el asesinato de George Floyd, cuando vio en el movimiento una forma de crear comunidad. 

Justin puso en marcha el Venice Run Club, que ahora cuenta con más de 400 miembros, y hoy su organización sin ánimo de lucro 48 For Change forma parte del programa de asociaciones de impacto social Right to Run de On: un movimiento que apoya a organizaciones para hacer frente a las barreras que impiden correr a diferentes comunidades, de modo que puedan moverse libremente sintiéndose seguros donde estén y, lo más importante, de sí mismos. 

"Una cosa que noté cuando entré en el mundillo es que todo el mundo predicaba la inclusividad, pero si somos tan integradores, ¿por qué mostramos favoritismo hacia las personas que van a optar a Boston? Para mí, la razón por la que hemos crecido tanto es que eso no nos importa: todo juicio y parcialidad deben desaparecer. Eso es algo que no hacemos aquí, nosotros salimos ahí afuera y trabajamos, celebrando a las personas que cumplen los requisitos para Boston, a las que acaban su primer maratón, y a los que se unen a correr por primera vez. Todo el mundo es bienvenido, todo el mundo está inmerso en su propio viaje”.

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La transcripción de esta entrevista ha sido editada para mayor claridad y brevedad.