

¿Eres más de pista de tenis o de senderos? Descubre las diferencias clave entre unas zapatillas de tenis y unas de running y encuentra el par más indicado.
A primera vista, puede que las zapatillas de tenis y las de running te parezcan iguales. A fin de cuentas, ambas son zapatillas deportivas, ¿no? Pues bien, no exactamente.
“Las zapatillas de running y las de tenis están diseñadas para distintos casos de uso, así que pueden existir grandes diferencias entre ellas”, señala Edwin Janes, Tennis Footwear Product Manager de On. Te contamos en qué se diferencian este tipo de zapatillas, desde la suela hasta el upper pasando por la amortiguación y el agarre.
Las diferencias en el diseño y la forma de unas zapatillas de tenis y unas de running tienen su razón de ser en las exigencias concretas de cada deporte. Sigue leyendo para descubrir las características clave de cada zapatilla y lo que estas aportan a cada actividad.
“Las zapatillas de tenis están diseñadas para movimientos rápidos y dinámicos sobre la pista, para que los jugadores puedan confiar en ellas tanto a la hora de esprintar tras la pelota como de hacer cambios de dirección bruscos”, explica Janes. Suelen contar con una suela plana y flexible que favorece el agarre y la estabilidad en los movimientos laterales.
“Para mí, la mayor diferencia reside en que las zapatillas de running suelen estar diseñadas pensando en la sensación al pisar o para un propósito concreto”, añade. Puesto que este tipo de zapatillas están diseñadas para la propulsión, presentan mayor amortiguación en la entresuela para absorber los impactos y una suela contorneada para una zancada suave y con impulso. Sin embargo, los clavos y las zapatillas minimalistas ofrecen sensaciones muy distintas y atienden a distintos propósitos.
Los patrones de agarre de las suelas de las zapatillas de tenis están diseñados para ofrecer una tracción excelente a la hora de hacer paradas en seco, y por ello suelen incluir una suela multidireccional que se agarra bien a la superficie desde distintos ángulos.
Las zapatillas de running, en cambio, tienen suelas más lineales, optimizadas para el movimiento en línea recta. Pese a que también ofrecen una buena tracción, sacrifican parte del agarre multidireccional que solemos encontrar en las de tenis.
Las zapatillas de tenis suelen tener una suela más plana y flexible con una amortiguación mínima si la comparamos con la de las zapatillas de running: esto permite sentir mejor la pista y ganar estabilidad y reactividad en los movimientos rápidos que exige este deporte.
Las de running, por contra, hacen más hincapié en absorber los impactos para evitar lesiones. Para ello, cuentan con entresuelas gruesas y acolchadas que ayudan a reducir el impacto en las articulaciones. Nuestro sistema de amortiguación CloudTec® se adapta a la forma de correr de cada runner para ofrecer una comodidad superior sin renunciar al rendimiento.
Las zapatillas de tenis están diseñadas para resistir las fuerzas abrasivas derivadas de deslizarse y parar bruscamente en la pista, y para ello suelen emplear materiales más duraderos y reforzados —como punteras— que ofrecen un rendimiento de largo recorrido.
Pese a ser bastante robustas, las zapatillas de running están más orientadas a equilibrar el peso y la flexibilidad, y suelen ser menos resistentes a la abrasión que las de tenis.
Las zapatillas de tenis protegen los pies en movimientos laterales rápidos. Suelen tener una base ancha y talones reforzados para mejorar la estabilidad, soporte adicional en los tobillos para evitar esguinces y materiales duraderos en la puntera para aguantar el desgaste al que se ven sometidas en la pista.
Las zapatillas de running, en cambio, priorizan la protección, absorbiendo los impactos repetidos de cada zancada en carreras de larga distancia. Por ejemplo, alguien que corra maratones necesitará que las zapatillas le protejan los pies y las articulaciones del estrés constante de golpear el asfalto en este tipo de carreras. La entresuela y el upper están pensados para ceder y adaptarse al movimiento del pie, lo cual propicia una pisada más natural y eficiente.
Las zapatillas de tenis son relativamente más pesadas que las de running, ya que suelen tener materiales reforzados en el upper y en la suela: el soporte adicional que ofrecen hace que pesen más en líneas generales.
Las zapatillas de running están diseñadas para ser lo más ligeras posible, lo cual minimiza la fatiga en media y larga distancia y aporta sensación de agilidad.
Pese a que las zapatillas de tenis pueden parecer sencillas, existe una gran variedad en función de las distintas superficies de juego. A continuación, te ofrecemos un análisis más detallado de las características y consideraciones únicas de los tres tipos principales de zapatillas de tenis.
“Deslizarse en las pista de tenis de tierra batida es parte de la gracia de esta superficie, pero para ello se necesita un gran control —señala Janes—. Este tipo de zapatillas suelen incorporar una suela de espiga muy distintiva que ofrece una tracción fiable y un mayor manejo a los jugadores cuando se deslizan por la superficie, ya que la arcilla puede moverse por los surcos”.
La goma de la suela también es ligeramente más suave y flexible que la de las zapatillas para pistas duras, lo cual permite que este calzado se adapte mejor a superficies irregulares. Además, las zapatillas para tierra batida como THE ROGER Pro 2 Clay suelen tener un perfil más bajo y una menor profundidad de pisada que otras, ya que esta superficie requiere un agarre más ligero.
Las zapatillas de tenis para pistas duras están diseñadas para las exigentes condiciones de las pistas de cemento y asfalto, e incorporan una goma extremadamente duradera en las suelas. Por lo general, estas presentan un diseño de espiga más pronunciado —como se ve arriba en THE ROGER Clubhouse Pro— que ofrece un agarre multidireccional sin llegar a pegarse a la superficie de la pista.
Estas zapatillas también suelen incluir punteras reforzadas para evitar arrastrar los dedos en los saques y las paradas repentinas. La entresuela suele ser más firme que la de otras zapatillas de tenis, lo cual ofrece una mayor estabilidad y la posibilidad de sentir mejor la pista.
El elemento más distintivo de las zapatillas para hierba es su suela, formada por tacos de goma pequeños y muy juntos. Estos tacos ofrecen un buen agarre sin dañar la superficie, que suele ser bastante delicada. Por lo general, las suelas son más planas y suaves que las de otras zapatillas de tenis para evitar rasgar la hierba o que esta se quede pegada a ellas.
Las zapatillas para hierba también suelen ser más ligeras y más flexibles que aquellas para pistas duras, de modo que los jugadores puedan adaptarse rápidamente a rebotes impredecibles y a unas características de juego más rápidas.
En lo que respecta a las zapatillas de running, no existe ninguna que sirva para todo el mundo: del mismo modo que existen muchos tipos diferentes de terrenos y competiciones, también hay muchos diseños especializados para cubrir tus necesidades de soporte, comodidad y rendimiento.
Las zapatillas de road running, como las Cloudmonster, están diseñadas para impactos repetitivos y para las condiciones uniformes de superficies como el asfalto o el cemento, por lo que suelen presentar entresuelas gruesas y acolchadas para absorber el impacto que se produce al pisar suelos duros una y otra vez.
Las suelas están hechas de una goma duradera que ofrece una tracción fiable en pavimentos secos y húmedos. Las zapatillas de road running suelen incorporar uppers de malla transpirable para favorecer la ventilación en carreras largas, y a veces también incluyen elementos reflectantes.
El trail running se practica en terrenos agrestes e impredecibles, por lo que se necesita una protección adecuada frente a piedras, raíces y unas condiciones meteorológicas cambiantes. Las zapatillas de trail running tienen suelas específicamente diseñadas con tacos profundos multidireccionales que ofrecen una mayor tracción en superficies sin asfaltar.
Los uppers, como en el caso de las Cloudsurfer Trail Waterproof, suelen estar hechos con materiales más duraderos y resistentes al agua que los de las zapatillas para asfalto. Las punteras reforzadas ayudan a evitar los desgarros provocados por la vegetación y la piedra suelta de los senderos.
El calzado de clavos como las Cloudspike son unas zapatillas de running muy especializadas diseñadas para obtener la máxima velocidad y rendimiento en superficies sintéticas. Son ligeras y minimalistas, e incorporan una placa rígida de clavos extraíble en el antepié que ofrece una mayor tracción en la aceleración. El upper suele estar diseñado con malla ultraligera (o incluso materiales de una sola capa) para reducir el peso al mínimo.
A diferencia de las de road running o trail, las zapatillas de atletismo ofrecen una amortiguación mínima en el talón y se centran en favorecer la pisada apoyando el antepié con mayor propulsión. Son extremadamente ajustadas, como una segunda piel, con el fin de erradicar cualquier movimiento interno que pueda acabar afectando al rendimiento.
“Según la superficie en la que se juegue, llevar el calzado adecuado puede ser un factor decisivo —afirma Janes—. En superficies como hierba o tierra batida es fácil resbalar, y además de hacer que no resulte tan divertido, también puede provocar lesiones”. Si juegas a este deporte, merece la pena invertir en un buen par de zapatillas de tenis que te ofrezcan el soporte y el agarre necesarios. Y si eres runner, mimar tus pies con las mejores zapatillas de running te ayudará a prepararte para la pista, el asfalto o los senderos.
No, no es nada recomendable usar zapatillas de tenis para correr por el riesgo de lesiones que entraña la práctica de esta actividad. Las zapatillas de tenis no cuentan con la amortiguación especializada necesaria para proteger tus articulaciones del impacto repetitivo al que se verán sometidas cuando corras. Esta falta de absorción de impactos puede provocar molestias y posibles lesiones como periostitis tibial o fracturas por estrés.
Usar el tipo equivocado de zapatillas deportivas para hacer ejercicio puede aumentar el riesgo de lesiones y reducir tu rendimiento: si tienes pensado correr con cierta frecuencia, es conveniente invertir en unas zapatillas de running adecuadas.
“Yo no recomiendo usar zapatillas de running para jugar al tenis”, dice Janes. El tenis conlleva muchos movimientos laterales, así como paradas y arranques rápidos. Las zapatillas de running están diseñadas para la propulsión y no cuentan con el soporte lateral necesario para estos movimientos, lo cual aumenta las probabilidades de torcerse un tobillo. Así pues, es mejor invertir en el calzado adecuado para esta actividad con el fin de proteger tanto los pies como los tobillos.
Por norma general, conviene cambiar las zapatillas de tenis cada seis-doce meses, o incluso antes si pasas mucho tiempo en la pista. Estas son algunas de las señales que indican que va siendo hora de invertir en un nuevo par:
- Desgaste visible: suelas desgastadas, agujeros o un cuarteo excesivo.
- Pérdida de amortiguación: si las zapatillas ya no resultan tan cómodas como antes u ofrecen menos soporte, es muy probable que la amortiguación se haya deteriorado.
- Tracción reducida: una tracción deficiente puede dar lugar a resbalones y caídas.
-Dolor o molestias: dolores persistentes en pies, tobillos o rodillas.
Las zapatillas de tenis ofrecen un buen soporte y estabilidad, lo cual viene muy bien a la hora de caminar. Sin embargo, puede que no sean la opción ideal ni la más cómoda para caminatas de muchos kilómetros. Si tienes previsto recorrer distancias largas, invierte en un buen par de zapatillas de running o de paseo, ya que están específicamente diseñadas para absorber impactos y garantizar la comodidad durante periodos más prolongados.